El gobierno finlandés ha anunciado el inicio de una investigación sobre una fuga en el Balticconnector, un tubo submarino de gas que conecta Finlandia y Estonia. Las sospechas apuntan a que la ruta pudo haber sido dañada deliberadamente.
El presidente finlandés, Sauli Niinisto, sugirió que tanto el gasoducto como el cable de telecomunicaciones podrían haber sido dañados como resultado de actividades externas, aunque la causa aún no está clara. La investigación se está llevando a cabo en cooperación entre Finlandia y Estonia.
A pesar de la interrupción en el gasoducto, el suministro de energía en Finlandia se mantiene estable, según el primer ministro finlandés, Petteri Orpo. Los daños en el gasoducto son motivo de preocupación, pero los daños en el cable de telecomunicaciones no afectaron la conectividad del país.
El oleoducto Balticconnector fue cerrado el domingo por la mañana debido a la supuesta fuga. Janne Gronlund, un alto ejecutivo de la compañía energética estatal finlandesa Gasgrid, mencionó que el enlace podría permanecer desconectado hasta el final del próximo invierno. Este gasoducto, que se inauguró en 2019, tiene una capacidad anual de 2,600 millones de metros cúbicos y se utiliza para transferir gas desde una terminal de importación de gas natural licuado (GNL) en Finlandia a Estonia.
Las preocupaciones sobre la vulnerabilidad de la infraestructura submarina se han reavivado tras este incidente, especialmente después de las explosiones en los oleoductos cercanos Nord Stream el año pasado. Los precios europeos del gas subieron hasta un 12.7% en respuesta a esta noticia y a la interrupción de la producción en un campo en Israel por parte de Chevron, lo que llevó a un aumento en los precios del gas en Europa.
