El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado al alza su pronóstico de crecimiento para la economía rusa en 2023, según su informe «Perspectivas de la economía mundial» publicado recientemente.
El FMI ahora estima que el Producto Interno Bruto (PIB) de Rusia crecerá un 2.2% este año, lo que representa un significativo aumento en comparación con su pronóstico de abril, que era del 0.7%, y su proyección de julio, que situaba el crecimiento en el 1.5%.
Este incremento en la previsión de crecimiento se atribuye a varios factores, incluido un estímulo fiscal sustancial, una fuerte inversión y un consumo resistente, todo ello en el contexto de un mercado laboral ajustado, según indicó el FMI.
El Ministerio de Economía de Rusia, por su parte, espera un crecimiento del PIB del 2.8% para este año, después de una contracción del 2.1% en 2022, causada en gran medida por sanciones internacionales y la exclusión de Moscú de los mercados occidentales, lo que resultó en la disminución de sus exportaciones de energía.
La proyección del FMI para 2023 se encuentra cerca del rango superior establecido por el banco central de Rusia, que espera un crecimiento económico de entre el 1.5% y el 2.5% para este año.
A pesar de la revisión al alza para 2023, el FMI ha reducido su previsión para 2024, pasando del 1.3% al 1.1%. La institución destacó los «efectos mixtos» de las sanciones occidentales sobre los suministros de petróleo rusos, con flujos de exportación constantes y un descuento cada vez menor en el precio del crudo ruso en comparación con el índice de referencia Brent. La mezcla rusa de los Urales se cotiza actualmente por encima del precio máximo de 60 dólares por barril establecido por la UE y el G7.
