El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, declaró que acatará los ordenamientos legales impuestos por el Instituto Nacional Electoral (INE), pero lo hará bajo protesta. En una conferencia de prensa, el mandatario señaló que el grupo de «potentados» que se consideraban dueños del país está en contra de su gobierno.
López Obrador acusó a las autoridades de restringir su libertad de manifestación, réplica y derecho a disentir. Afirmó que, a pesar de las adversidades, su gobierno cumplirá con las recomendaciones del INE. Sin embargo, criticó a sus opositores por querer mantenerlo «atado y callado», buscando silenciar su voz mientras ellos tienen el control del discurso público.
Durante su intervención, el presidente mencionó el caso de Xóchitl Gálvez, quien previamente presentó denuncias en su contra. López Obrador reveló que Gálvez posee dos empresas y ha obtenido contratos por un total de mil 400 millones de pesos tanto del gobierno como de desarrolladores en los últimos nueve años. Esto, según el presidente, plantea dudas sobre la transparencia en su actuación.
En relación con las acciones en su contra, el mandatario afirmó que Gálvez podría considerarse «la candidata» de la oposición, ya que aún no ha sido notificado oficialmente de ninguna sanción por parte del INE.
Al ser cuestionado sobre la efectividad de la campaña en su contra, López Obrador señaló que la Ciudad de México es el lugar donde tiene un mayor impacto. Explicó que debido a la presencia de una clase media más amplia y a que todos los medios de comunicación del país están asentados en la capital, se genera un entorno propicio para influir y generar desinformación en contra de su gobierno.