La titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Alicia Bárcena Ibarra, advirtió que México debe actuar con decisión ante dos amenazas clave que están impactando directamente la economía y el desarrollo del país: la incertidumbre comercial provocada por la política arancelaria de Estados Unidos, y la crisis climática, que ya no es un escenario futuro, sino una realidad actual que está afectando al planeta entero.
Durante su participación en el Summit México-Reino Unido, organizado por Canning House —una organización británica especializada en asuntos latinoamericanos—, Bárcena destacó que estos desafíos representan también una oportunidad para replantear el modelo económico de México, especialmente a través de una mayor cooperación internacional y una transición justa hacia una economía más resiliente, baja en emisiones y diversificada.
La funcionaria señaló que la política comercial internacional, particularmente la de Estados Unidos, está generando un entorno de incertidumbre constante, con decisiones cambiantes sobre aranceles que afectan a los mercados y dificultan la planeación económica. En ese contexto, hizo un llamado a diversificar la economía mexicana y abrirse a nuevos mercados, no sólo para reducir la dependencia de un solo socio comercial, sino también para adaptarse mejor a los retos ambientales y económicos del siglo XXI.
Uno de los temas centrales fue el cambio climático, que Bárcena calificó como un “multiplicador de desigualdades y problemas económicos”. Destacó que 2024 fue el año más cálido registrado a nivel global, con una temperatura promedio 1.75°C por encima de los niveles preindustriales, lo que ya está teniendo impactos visibles y negativos en muchas regiones del mundo, incluido México.
De acuerdo con datos recientes, México emitió 882 millones de toneladas de gases de efecto invernadero en 2024, y si no se toman medidas urgentes, esta cifra podría escalar a 941 millones en 2030. Por ello, la meta del gobierno es reducir entre 35% y 40% de las emisiones, lo cual se considera una prioridad dentro de la estrategia climática del país.
Para enfrentar esta crisis, el Gobierno mexicano está desarrollando un Plan Nacional de Adaptación, que complementará su programa de mitigación. Esta estrategia involucra ocho sectores clave para la reducción de emisiones y cinco ejes de adaptación, construidos mediante un proceso abierto con más de 100 diálogos sectoriales, los cuales contribuirán a la actualización de la Contribución Nacionalmente Determinada (NDC) que México presentará en julio de este año.
Entre las acciones más destacadas que ya se están implementando, Bárcena mencionó:
- Acuerdos regionales para reducir la contaminación en grandes zonas metropolitanas como el Valle de México, Monterrey, Guadalajara y Mexicali.
- La actualización de la NOM-163, en coordinación con la industria automotriz, para fomentar la producción de vehículos eléctricos e híbridos.
- La reconversión de termoeléctricas, que dejarán de usar combustóleo y operarán con gas natural, un combustible menos contaminante.
- La creación de un mercado nacional de emisiones, mediante la unificación del impuesto al carbono, que actualmente varía entre estados.
- Programas de restauración y protección de manglares, ecosistemas esenciales para la captura de carbono y la protección costera.
Finalmente, Bárcena subrayó que la crisis climática, aunque desafiante, puede ser una gran oportunidad para redefinir el rumbo económico de México, siempre que se aproveche el momento para fortalecer la cooperación internacional y avanzar hacia una economía más verde, inclusiva y resiliente.