China ha decidido frenar sus inversiones en México debido a la creciente tensión comercial con Estados Unidos y al interés del gobierno mexicano en mantener una relación estable con su principal socio comercial. Un claro ejemplo es la suspensión de la planta automotriz de BYD, que se esperaba construir en Guadalajara con una inversión de 600 millones de dólares y la generación de 10,000 empleos.
La incertidumbre comercial se ha intensificado con el regreso de Donald Trump y su anuncio de aranceles del 25% a los productos fabricados fuera de EE.UU., lo que ha hecho que México priorice su agenda comercial alineada con Washington. Autoridades locales, como Cindy Blanco, secretaria de Desarrollo Económico de Jalisco, han confirmado que no buscan activamente inversiones chinas para evitar conflictos con EE.UU. Además, el Ministerio de Comercio de China ha retrasado la aprobación de la planta de BYD en México, preocupado por la posibilidad de que su tecnología llegue a EE.UU.
Este cambio marca un contraste con años anteriores, cuando muchas empresas chinas comenzaron a invertir en México para evadir los aranceles estadounidenses y aprovechar el T-MEC. Sin embargo, con las tensiones actuales, las inversiones chinas en parques industriales como Hofusan, que alberga empresas como Hisense y Kuka Home, se han visto afectadas. Algunas compañías están reconsiderando sus planes debido a las amenazas arancelarias de Trump.
En este contexto, China ha comenzado a mirar hacia Perú como un destino más atractivo para sus inversiones. El país sudamericano cuenta con un puerto conectado con Shanghái y un tratado de libre comercio con EE.UU. vigente desde 2009, lo que lo hace más atractivo para las empresas chinas en comparación con México. Según expertos, el gobierno chino percibe que el mercado mexicano ha cambiado y ahora es menos receptivo a la inversión china.
En conclusión, la relación económica entre China y México se ha enfriado en medio de la rivalidad comercial entre EE.UU. y China. Mientras México opta por evitar tensiones con Washington, China busca nuevos aliados en América Latina, como Perú, que ofrece un entorno más favorable para su expansión comercial.
