Los precios de alquiler en el sector privado en el Reino Unido experimentaron un aumento del 5,3% en los 12 meses anteriores a julio, marcando el mayor cambio porcentual anual desde que los registros comenzaron en 2016, según revelan los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS).
Este aumento representa un incremento con respecto al 5,2% registrado en el mes anterior, y los costos de alquiler han mostrado un aumento constante durante los últimos dos años.
De acuerdo con la ONS, los precios anuales de alquiler privado aumentaron un 5,2% en Inglaterra, un 6,5% en Gales y un 5,7% en Escocia.
En el análisis por regiones en Inglaterra, los mayores cambios porcentuales anuales en los precios de alquiler privado se registraron en West Midlands, Yorkshire y Humber, así como en Londres, con un aumento del 5,5%. En contraste, la región del noreste experimentó el aumento más bajo, con un incremento del 4,6%.
La ONS también informó sobre una desaceleración en el crecimiento de los precios de la vivienda, con un aumento del 1,7% en los 12 meses hasta junio, por debajo del incremento del 1,8% registrado en mayo y notablemente inferior al pico del 14% alcanzado en julio del año anterior.
Según el informe, el precio promedio de la vivienda en el Reino Unido fue de 288.000 libras esterlinas (368.000 dólares) en junio. Durante el año, los precios promedio de la vivienda aumentaron un 1,9% hasta los 391.000 dólares en Inglaterra, un 0,6% hasta los 272.000 dólares en Gales y un 2,7% hasta los 222.000 dólares en Irlanda del Norte. En Escocia, los precios de la vivienda se mantuvieron prácticamente sin cambios, con un promedio de 241.000 dólares.
Aimee North, jefa de índices del mercado de la vivienda de la ONS, comentó sobre la desaceleración en el crecimiento de los precios de la vivienda, señalando que, aunque se produjo una caída, esta fue más moderada que en meses anteriores.
El mercado inmobiliario británico ha enfrentado un aumento en las tasas hipotecarias, alcanzando niveles máximos en 15 años el mes pasado debido a los incrementos de las tasas de interés por parte del Banco de Inglaterra para controlar la inflación, lo que ha llevado a una disminución en la demanda.
