El martes pasado, Finlandia se unió oficialmente como el 31º miembro de la OTAN. El secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, describió la adhesión como «histórica», asegurando que reforzará la seguridad del país y la fortaleza de la Alianza. Además, se comprometió a seguir trabajando para que Suecia, cuya solicitud aún no ha sido aprobada, se integre en el bloque lo más pronto posible.
En mayo del año pasado, Suecia y Finlandia presentaron formalmente su solicitud para unirse a la OTAN, pero Turquía se negó a apoyar su ingreso, alegando que los dos países nórdicos alojaban a miembros de organizaciones consideradas terroristas por Ankara. Sin embargo, a principios de marzo, el presidente turco, Tayyip Erdogan, afirmó que Helsinki había tomado medidas concretas para reprimir a estos grupos, lo que permitió que el Parlamento turco ratificara la semana pasada el protocolo de adhesión de Finlandia al bloque militar.
Cabe destacar que Finlandia comparte una frontera de 1.300 kilómetros con Rusia, lo que implica que la frontera de la OTAN con el país euroasiático casi se duplicará. Esto podría aumentar aún más las tensiones entre Moscú y la Alianza.
Rusia tendrá que tomar medidas de respuesta
El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso anunció este martes que, tras la adhesión de Finlandia a la OTAN, el país tomará medidas técnicas, militares y de otro tipo para hacer frente a las amenazas a la seguridad nacional. La Cancillería destacó que Moscú dará «pasos concretos» para fortalecer la defensa en las fronteras del noroeste de Rusia.
El Ministerio también señaló que la región del norte de Europa, antes una de las más estables del mundo, ha sufrido un cambio drástico debido a la más que duplicación de la línea de contacto directo de la OTAN con las fronteras de la Federación de Rusia. Cabe recordar que el presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió el verano pasado que, en caso de que se desplegara infraestructura militar de la OTAN en Finlandia y Suecia, su país tendría que responder de manera recíproca.