Un gasoducto submarino que conecta Finlandia y Estonia se encuentra temporalmente fuera de servicio después de que las compañías encargadas del sistema de gas de ambos países detectaran una caída inesperada de la presión, lo que sugiere la posibilidad de una fuga, según informaron los operadores del gasoducto.
Janne Gronlund, una alta ejecutiva de la empresa energética finlandesa Gasgrid, declaró a Reuters el domingo que no quería especular sobre la causa de la fuga. Sin embargo, aseguró que el suministro de gas se había mantenido estable y que se habían tomado medidas para aislar el gasoducto y evitar una mayor fuga de gas.
En el momento de la falla, el gasoducto estaba transportando alrededor de 30 gigavatios hora de gas diariamente desde Finlandia hacia Estonia. Gasgrid también informó que, por el momento, el gas se estaba asegurando a través de la terminal flotante de gas natural licuado (GNL) de Inkoo.
La «caída inusual de la presión» fue detectada por ingenieros y operadores de Gasgrid de la empresa estonia Elering poco antes de las 2 de la mañana, hora local (23:00 GMT), según el sitio web de la compañía finlandesa.
El oleoducto Balticconnector, que tiene una longitud de 48 millas (77 kilómetros), conecta Inkoo en Finlandia con la ciudad portuaria estonia de Paldiski, pasando a través del Golfo de Finlandia, una parte del Mar Báltico que se extiende en aguas rusas hasta el puerto de San Petersburgo. Este oleoducto comenzó a operar comercialmente a principios de 2020.
Elering, la compañía de gas estonia, ha indicado que cualquier déficit en los suministros se vería compensado con gas procedente de Letonia.
Cabe destacar que en septiembre del año pasado, los gasoductos Nord Stream, que transportan gas entre Rusia y Alemania en el Mar Báltico, experimentaron explosiones submarinas que provocaron cuatro fugas. Estos incidentes, que aún no se han resuelto, fueron considerados un sabotaje por las autoridades.
En febrero, el periodista estadounidense Seymour Hersh citó fuentes anónimas de la comunidad de inteligencia en un informe que afirmaba que el presidente estadounidense Joe Biden había ordenado a la CIA volar los oleoductos. Según el informe, la operación se llevó a cabo en colaboración con la Armada noruega y se utilizó como cobertura un ejercicio de la OTAN en la región. Washington ha negado tener algún papel en el sabotaje.