La compra y fabricación de bombillas incandescentes fue prohibida en los EE. UU. a partir del martes, en virtud de una controvertida legislación que, según la administración de Biden, tiene como objetivo ahorrar dinero y proteger el medio ambiente.
La nueva regla eleva el nivel mínimo de eficiencia para las “ lámparas de servicio general ”, es decir, las bombillas enroscadas en lámparas y accesorios de techo, y prohíbe aquellas que producen menos de 45 lúmenes de luz por vatio de potencia. Las bombillas incandescentes tradicionales producen solo 15 lúmenes por vatio, según el fabricante Philips.
Si bien los defensores de la medida argumentan que no exige el uso de bombillas LED y deja espacio para que los fabricantes de incandescentes simplemente aumenten la eficiencia de su producto, los críticos lo califican de poco realista. El uso de bombillas residenciales parece ser el objetivo principal de la regla, ya que no afecta la fabricación o venta de luces incandescentes utilizadas en señales de tráfico, reflectores, lámparas de exhibición, luces de electrodomésticos y otros propósitos especiales.
Los nuevos estándares se formularon en 2007 y se planificaron inicialmente para 2020 antes de que el entonces presidente Donald Trump los dejara de lado. Fueron finalizados por el Departamento de Energía en abril pasado. Si bien todavía es legal poseer las bombillas, aquellos que continúen fabricándolas o vendiéndolas pueden recibir una multa de hasta $542 por bombilla.
Las bombillas LED duran entre 25 y 50 veces más que las bombillas incandescentes y usan un 75 % menos de electricidad, según el departamento de energía. El Consejo de Defensa de los Recursos Naturales es menos entusiasta y afirma que utilizan una sexta parte de la energía de las bombillas incandescentes y duran al menos 10 veces más.
Debido a la eficiencia de los LED, el Departamento de Energía afirma que el cambio les ahorrará a las familias $ 100 por año, aunque las bombillas en sí son en promedio $ 3 a $ 4 más caras que sus primos menos eficientes. A nivel nacional, esto se traduce en ahorros de $3 mil millones anuales y reducirá las emisiones de carbono durante los próximos 30 años en 222 millones de toneladas métricas, según la agencia.
Los críticos de la administración Biden la han acusado de librar una guerra contra la elección personal, destacando la prohibición de las bombillas y la prohibición propuesta de las estufas de gas como restricciones inconstitucionales a la libertad del consumidor.
El departamento de energía no solo ha presentado nuevos estándares para estufas, sino también para lavadoras, refrigeradores, lavavajillas, calentadores de agua y acondicionadores de aire en los últimos meses, con aún más reglas previstas para hornos, equipos de piscinas, ventiladores de techo, cargadores de baterías, y deshumidificadores.
En diciembre, el departamento anunció planes para aumentar aún más la eficiencia mínima de las bombillas, a 120 lúmenes por vatio, enviando las bombillas fluorescentes compactas al basurero.
