El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva para reimplantar una controvertida prohibición de viajes, restringiendo la entrada de ciudadanos de seis países, principalmente de mayoría musulmana, además de Venezuela y Corea del Norte. La medida, que entra en vigor el próximo mes, busca reforzar la seguridad nacional, según la Casa Blanca.
La nueva versión de la prohibición, originalmente aplicada en 2017 y modificada tras batallas legales, incluye a Irán, Libia, Somalia, Siria, Yemen, Corea del Norte y ciertas regiones de Venezuela. Trump argumentó que estos países no cumplen con los estándares de intercambio de información para prevenir amenazas terroristas o criminales. “Proteger a los estadounidenses es mi prioridad”, afirmó en un comunicado.
Organizaciones de derechos humanos, como la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), condenaron la decisión, calificándola de “discriminatoria” y prometiendo impugnarla en tribunales. Líderes demócratas también criticaron la medida, señalando que daña las relaciones diplomáticas y estigmatiza a comunidades enteras.
La orden permitirá excepciones para residentes permanentes y ciertos visados, pero enfrenta un panorama de protestas y desafíos legales, reviviendo un debate que marcó el primer mandato de Trump.
