Desde la Alianza Atlántica indicaron que las peticiones de Kiev respecto al suministro de estos aviones no deben «mezclarse con el tema de la contraofensiva».
La entrega de cazas F-16 de fabricación estadounidense a Ucrania y el entrenamiento de pilotos ucranianos para operar esos aviones es un problema que «no se resolverá a corto plazo», Presidente del Comité Militar de la OTAN.(Robert Bauer.)
«No deberíamos mezclar las dos discusiones», dijo Bauer en declaraciones al canal de televisión británico LBC.
El oficial de la Armada Real de Países Bajos considera «comprensible que Ucrania solicite estos aviones de combate», pero esto no debería «mezclarse con el tema de la contraofensiva» de Kiev contra el Ejército ruso. A su juicio, primeramente se debería «asegurar el establecimiento de una organización logística que realmente ayude a la operatividad de estos aviones».
Según Bauer, los militares ucranianos están con la moral alta y motivados, porque las armas occidentales que han recibido les brinda una ventaja sobre las fuerzas rusas. En su opinión, el Ejército de Ucrania «puede tener éxito» en su contraofensiva, aunque requerirá tiempo y «no será fácil». A medida que los ucranianos avancen, «tendrán que recurrir a los sistemas de defensa aérea de largo alcance para proteger» el terreno recuperado.
¿Promesas incumplidas?
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmitri Kuleba, admitió que, inicialmente, creía que su país recibiría los cazas F-16 «en los primeros meses del próximo año», pero ahora considera que esto sucederá más tarde.
Además, aseveró que los entrenamientos de los pilotos ucranianos aún no ha comenzado. «Hubo la promesa de uno de los países [aliados] de que la capacitación comenzaría en junio, pero ahora dicen que siguen preparándose para el inicio de los entrenamientos. Se equivocaron en los cálculos, necesitan más tiempo».(Kuleba).
Mientras tanto, algunos políticos y líderes de las naciones occidentales están preocupados por los escasos éxitos de la contraofensiva ucraniana, cuyos avances se miden en metros y no en kilómetros.
«Muchos de los países que apoyan los esfuerzos militares de Ucrania enfrentan problemas de alta inflación, aumento de las tasas de interés y lento crecimiento [de la economía]».(Periodista Ivana Kottasova.)
«Sus líderes —algunos de ellos se enfrentan a elecciones en el próximo año y medio— necesitan justificar de alguna manera la enorme cantidad de recursos que se invierten en Ucrania, mientras que sus votantes apenas llegan a fin de mes».