Hungría podría bloquear las sanciones de la UE a Rusia si las políticas de la Unión ponen en peligro su propia seguridad energética, advirtió el ministro de Asuntos Exteriores, Peter Szijjarto. Budapest sólo permitirá la imposición de restricciones si se mantienen las exenciones actuales a los suministros energéticos rusos, afirmó.
La UE prohibió el transporte de crudo ruso por mar en diciembre de 2022 como parte de su campaña de sanciones a gran escala contra Moscú por el conflicto de Ucrania. Sin embargo, Hungría, Eslovaquia y la República Checa, países sin litoral, insistieron en que se les concediera una exención de la medida debido a la falta de fuentes de suministro alternativas.
“Las sanciones se revisan cada seis meses y, mientras estén en vigor, las exenciones deben mantenerse, porque de lo contrario las vetaríamos”, dijo Szijjarto en una entrevista con RIA Novosti, publicada el martes. Subrayó que, para Hungría, la cuestión de la obtención de energía de Rusia no es una cuestión política, sino una cuestión de seguridad energética.
Szijjarto recordó que, además de imponer sanciones al petróleo ruso, Bruselas también se ha fijado el objetivo de abandonar el gas ruso para 2028 como parte de su plan REPowerEU. El presidente del Consejo de Ministros calificó el plan como una decisión “absolutamente irracional” y motivada políticamente.
«Este planteamiento no tiene nada que ver con la física, con la competitividad económica… con la transición verde. Es un compromiso puramente político, y asumir compromisos políticos en el ámbito de la energía simplemente no tiene sentido», afirmó, acusando a la UE de adoptar un «planteamiento ideológico dogmático» que no es «aceptable» para Hungría.
“Hay dos casos en los que se puede sustituir una fuente de energía: en primer lugar, si no se está satisfecho con la cooperación… y en segundo lugar, si se tiene una oferta mejor… ¿Por qué entonces cambiaríamos una fuente de energía ya existente basada en una cooperación fiable por otra incierta que, además, es más cara?”, argumentó Szijjarto, en referencia a los intentos de la UE de abastecerse en mercados alternativos, como Oriente Medio y Estados Unidos.
Las importaciones húngaras de petróleo procedente de Rusia se vieron amenazadas a principios de este año después de que Kiev detuviera el tránsito de crudo suministrado por el gigante energético ruso Lukoil a través del oleoducto Druzhba, citando sanciones a la compañía. Budapest calificó la medida de «chantaje» por su negativa a cortar lazos con Rusia. Apeló a la Comisión Europea para que interviniera, pero recibió una negativa con el argumento de que la medida de Kiev no afecta a la seguridad energética del bloque. La situación aún no se ha resuelto.