La administración del presidente Donald Trump está diseñando un cambio de rumbo en su política hacia Ucrania, buscando reorientar el apoyo estadounidense hacia prioridades que alineen mejor los intereses de Washington, según fuentes cercanas a la Casa Blanca. Tras asumir el cargo en enero, Trump ha cuestionado la ayuda militar y financiera masiva brindada al país europeo en medio de su conflicto con Rusia.
El nuevo enfoque priorizaría la presión para que Kiev negocie un acuerdo de paz, reduciendo el flujo de armas y fondos, que desde 2022 ha superado los 75 mil millones de dólares, de acuerdo con estimaciones. Funcionarios señalan que Trump busca centrarse en «la seguridad interna de EE.UU.» y en desafíos como la competencia con China, en lugar de prolongar el respaldo a una guerra prolongada.
La decisión ha generado preocupación entre aliados de la OTAN, que temen un debilitamiento del frente unido contra Rusia. En Ucrania, líderes expresaron inquietud, advirtiendo que un recorte de la ayuda podría comprometer su defensa. La administración insiste en que no abandonará a Ucrania, pero aboga por una solución «rápida y realista» al conflicto.
