La empresa estadounidense Valero, principal importador privado de gasolinas en México, fue notificada el pasado 9 de abril por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) sobre la suspensión temporal de su inscripción en el Padrón de Importadores, lo que afecta su capacidad para traer combustibles al país.
Valero respondió que esta suspensión es un error administrativo y que ya está trabajando para aclarar las observaciones señaladas por el SAT. Además, afirmó que sí cuenta con un permiso vigente para importar combustibles, con validez hasta el año 2038. Ese mismo día, sus ventas representaron el 10% de la demanda nacional de gasolina, lo que resalta su relevancia en el abastecimiento energético del país.
La empresa opera cinco terminales de almacenamiento y distribución en México y participa en una terminal marítima de gran escala en Veracruz. También tiene una sexta terminal en construcción en Altamira. A nivel global, Valero opera 15 refinerías, 13 de ellas en Estados Unidos, y procesa más de 3 millones de barriles de crudo diarios.
Desde la apertura del sector energético al capital privado en 2013-2014, empresas como Valero han enfrentado mayores dificultades regulatorias, sobre todo durante el actual sexenio, cuando el gobierno ha buscado fortalecer el papel de Petróleos Mexicanos (Pemex). Estos cambios en la regulación incluso generaron tensiones diplomáticas, como cuando Estados Unidos activó en 2022 un mecanismo del T-MEC para cuestionar la falta de neutralidad en la política energética mexicana.
Pese a la suspensión, Valero afirmó su compromiso con México y con la Estrategia Nacional del gobierno para mantener estables los precios de la gasolina, señalando que su intención es continuar invirtiendo y operando en el país de manera segura, asequible y con altos estándares de calidad.