En medio de la reciente caída de los mercados financieros globales —provocada por la imposición de nuevos aranceles por parte del presidente estadounidense Donald Trump—, varios de los empresarios más ricos del mundo, incluido el mexicano Carlos Slim, han aprovechado la incertidumbre para comprar acciones de empresas estratégicas.
El 2 de abril, durante lo que algunos medios llamaron el “Día de la Liberación de Trump”, el magnate mexicano invirtió 2.3 millones de dólares en acciones de la empresa PBF Energy, justo cuando las acciones del sector energético estaban a la baja. No es la primera vez que Slim compra en momentos críticos: durante la pandemia también adquirió acciones de esta misma empresa, las cuales luego multiplicaron su valor por seis con la recuperación del mercado.
Además de Slim, otras grandes fortunas siguieron una estrategia similar. La familia Persson, propietaria de la cadena H&M, invirtió 78 millones de dólares en su propia compañía, mientras que la familia Lundin destinó 16 millones a aumentar su participación en Lundin Mining, una minera con sede en Canadá. Todas estas compras ocurrieron entre el 2 y el 4 de abril, en pleno desplome de los mercados.
Sin embargo, estas inversiones no han estado exentas de riesgo. Las acciones de PBF Energy han perdido más del 26% de su valor desde entonces, y tanto H&M como Lundin Mining también han experimentado caídas, aunque sin cifras específicas.
El impacto de los nuevos aranceles ha sido fuerte: el índice Bloomberg Billionaires, que mide las fortunas de los 500 más ricos del mundo, registró una pérdida récord de 536 mil millones de dólares en solo dos días. Incluso Elon Musk, aliado cercano de Trump, ha visto caer su fortuna en más de 100 mil millones en lo que va del año.
Pese al escenario de inestabilidad, estos empresarios siguen apostando por el largo plazo. Consideran que invertir durante las crisis puede dar frutos cuando los mercados se estabilicen, como ha sucedido en ciclos económicos anteriores. El caso de Slim es un ejemplo de esta visión estratégica: comprar cuando todos venden, con la esperanza de una recuperación futura.