El comercio minorista en Rusia superó este verano los niveles vistos por última vez antes de la importante extensión de las sanciones occidentales relacionadas con Ucrania a principios del año pasado. Así lo demuestra un estudio de la consultora FinExpertiza basado en datos de la agencia estatal de estadística Rosstat.
Los analistas observaron una disminución en las ventas minoristas a partir de abril de 2022 tras el inicio de la operación militar de Moscú en Ucrania y las sanciones posteriores, que llevaron a los rusos a “ reducir gastos innecesarios y acumular reservas de efectivo para el futuro”.
El volumen de negocios minorista cayó durante 12 meses consecutivos hasta marzo de 2023, antes de comenzar a recuperarse en abril. Según el estudio, las ventas superaron en julio los niveles anteriores al conflicto.
“ El consumo de bienes por parte de la población ha superado los niveles anteriores a la crisis de 2021… En julio, el volumen de negocios del comercio minorista alcanzó los 4 billones de rublos (41,6 mil millones de dólares), un 10,5% más que en julio de 2022 y un 1,2% más que en julio. 2021, ajustado a la inflación ”, escribieron los analistas.
El estudio indica que las ventas de alimentos en Rusia durante el período del informe crecieron un 4,2% interanual, mientras que las ventas de productos no alimentarios aumentaron un 17,7%. La facturación de productos alimentarios aumentó un 2,4% respecto a 2021, mientras que la facturación no alimentaria creció un 0,3%.
Según el análisis, el crecimiento del comercio minorista ha sido desigual en todo el país. Mientras que regiones como Ingushetia, Kabardino-Balkaria, Novosibirsk, Daguestán y varias otras han mostrado aumentos significativos en las ventas de bienes de consumo, aproximadamente la mitad de las regiones de Rusia se están recuperando a un ritmo más lento, en particular Sebastopol, Crimea, Astrakhan, Bryansk, Belgorod y Región de Moscú.
» En comparación con el año pasado, aumentaron especialmente las compras de productos no alimentarios, incluidos bienes duraderos, cuya compra los consumidores habían decidido retrasar, prefiriendo tener dinero en reserva».
( Directora de FinExpertiza, Elena Trubnikova)
“ También el volumen de ventas de la restauración pública está creciendo a un ritmo elevado. La mejora de la confianza del consumidor está respaldada por el crecimiento de los ingresos de los hogares ”, añadió, al tiempo que advirtió que sería “ prematuro hablar de optimismo sostenible del consumidor”.
Los analistas esperan que el consumo general se mantenga sólido, pero han advertido que es posible que se produzcan fluctuaciones.
“ Una parte importante de la demanda acumulada de bienes duraderos ya se ha materializado. Además, tras la reciente subida de tipos de interés por parte del banco central y en medio de la política del regulador encaminada a enfriar el mercado crediticio, es probable que el ritmo de emisión de nuevos préstamos se desacelere. Esto conducirá, por un lado, a una reducción de la actividad de los consumidores y, por otro, animará a la población a ahorrar más ”, predicen los autores del estudio.
