El sector industrial de la Unión Europea (UE) está experimentando las consecuencias de la prohibición del carbón ruso, implementada en agosto de 2022, según informó el viceministro ruso de Energía, Sergey Mochalnikov, durante el Foro Económico Oriental (EEF).
Mochalnikov indicó que los productores de carbón rusos han enfrentado con éxito los desafíos planteados por el embargo, redirigiendo la mayor parte de sus suministros al Sur Global y Asia-Pacífico. Sin embargo, la UE se ha visto obligada a buscar fuentes alternativas de carbón y ha enfrentado problemas de calidad a pesar de sustituir a la mayoría de los proveedores rusos.
El viceministro señaló que China e India han sido los principales destinos del carbón ruso que debió ser desviado tras la prohibición de la UE. China importó 67 millones de toneladas de carbón ruso en 2022, en comparación con poco más de 50 millones en 2021, mientras que India importó más de 20 millones de toneladas el año pasado, casi triplicando las compras de 2021.
Mochalnikov destacó que el embargo de la UE afectó a la industria energética rusa, pero esta se ha estado recuperando constantemente durante el último año. A pesar de los desafíos, las empresas rusas lograron reorientar con éxito sus mercados hacia el Este, aprovechando la creciente demanda de China e India.
La prohibición de la UE a las importaciones de carbón ruso fue parte de un paquete de sanciones relacionadas con Ucrania. Antes de la prohibición, la UE dependía en gran medida del suministro de carbón de Rusia, que representaba alrededor del 45% de sus importaciones de carbón, con países como Alemania, Polonia y los Países Bajos como principales compradores.
A pesar de las dificultades iniciales, el sector del carbón en Rusia se prevé que termine 2023 en una posición sólida, según Mochalnikov. La capacidad de adaptación y la búsqueda de nuevos mercados han permitido a las empresas rusas superar los desafíos provocados por la prohibición de la UE.
