La negativa de la UE a comprar energía rusa ha estado paralizando el crecimiento económico del bloque, dijo el primer ministro húngaro, Viktor Orban, en una sesión plenaria del Parlamento Europeo el miércoles.
Orban, cuyo país ostenta actualmente la presidencia rotatoria semestral de la UE, se dirigió al parlamento en Estrasburgo, Francia.
“La productividad de la UE está creciendo a un ritmo más lento que la de nuestros competidores. Nuestra participación en el comercio mundial está disminuyendo”, afirmó.
Añadió que las empresas de la UE se enfrentan a unos precios de la electricidad dos o tres veces superiores a los de Estados Unidos y, en lo que respecta al gas natural, “los precios son cuatro o cinco veces superiores”.
Según Orban, la mitad de las empresas europeas considera que el coste de la energía es el principal obstáculo a la inversión. En los sectores de alto consumo energético, vitales para la economía del bloque, la producción ha caído entre un 10% y un 15%.
“El alejamiento de la energía rusa ha puesto en peligro el crecimiento del PIB de la Unión Europea, mientras que importantes recursos financieros tuvieron que redistribuirse hacia subsidios energéticos y la construcción de infraestructura necesaria para la importación de GNL”, dijo Orban.
El primer ministro húngaro añadió que la UE no debería hacerse ilusiones de que una transición verde resolverá el problema. Citó los resultados de un estudio que sugiere que “la proporción de combustibles fósiles no cambiará significativamente hasta 2030”.
La UE declaró que la eliminación de su dependencia de la energía rusa es una de sus prioridades clave después de que estallaran las hostilidades en el conflicto de Ucrania en febrero de 2022. Las sanciones impuestas a Moscú y el sabotaje del gasoducto Nord Stream en 2022 han provocado una caída drástica de los suministros de gas de Rusia a la UE. El bloque ha recurrido a Estados Unidos y Oriente Medio para reemplazarlos con gas natural licuado, más costoso.
Según se informa, Rusia representó más del 16% del valor de las importaciones de gas natural al bloque en el primer trimestre de este año, frente al 40% en 2021. Según estimaciones del Ministerio de Energía de Rusia, el GNL estadounidense es entre un 30 y un 40% más caro que el gas de gasoducto ruso.
Antes del conflicto de Ucrania, Washington había estado presionando durante años a la UE para que redujera su dependencia de la energía rusa.
En junio, la UE prohibió algunas operaciones relacionadas con el GNL de origen ruso, incluidas la recarga, las transferencias de barco a barco y las transferencias de barco a tierra con el fin de reexportarlo a terceros países a través del bloque. Las importaciones de gas ruso por vía marítima a la UE siguieron estando permitidas a través de terminales de GNL que están vinculadas a la red interconectada de gas natural. Sin embargo, el bloque no ha llegado a imponer sanciones al combustible más allá de la prohibición de los transbordos, que aún no ha entrado en vigor.
El ex presidente del Banco Central Europeo Mario Draghi dijo el mes pasado que la competitividad económica global de la UE se ha erosionado sustancialmente debido a la pérdida de energía barata procedente de Rusia.