Ante la creciente desconfianza en la economía de Estados Unidos, inversionistas internacionales están redirigiendo su capital hacia mercados emergentes como México, lo que ha provocado una apreciación del peso y un repunte en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
El lunes, el peso mexicano se fortaleció 1.24 %, cerrando en 19.7141 unidades por dólar, su mejor nivel desde octubre de 2024. Este movimiento fue impulsado por la acelerada venta de dólares y el fortalecimiento de activos considerados más seguros, como el oro, que alcanzó un precio récord de 3,435.25 dólares por onza troy, con un alza de 3.21 %.
El contexto económico global ha generado incertidumbre entre los inversionistas, particularmente por el temor a que el expresidente Donald Trump logre destituir a Jerome Powell, actual presidente de la Reserva Federal. Esto ha puesto en duda la autonomía del banco central estadounidense, justo cuando el país enfrenta una inflación persistente y políticas de tasas de interés restrictivas. Actualmente, la tasa de referencia se mantiene entre 4.25 % y 4.5 %.
La pérdida de confianza también se reflejó en la caída del índice DXY (que mide al dólar frente a otras seis monedas fuertes), el cual bajó 1.01 %, situándose en 98.13 puntos. Esta depreciación fue aprovechada por el mercado mexicano: el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la BMV subió 1.4 %, cerrando en 53,758 puntos, pese a que Wall Street vivió una jornada negativa.
En Estados Unidos, los mercados accionarios registraron fuertes caídas: el Nasdaq bajó 2.55 %, el S&P 500 cayó 2.36 %, y el Dow Jones retrocedió 2.48 %. Las acciones tecnológicas lideraron las pérdidas, destacando Tesla (-5.76 %), Nvidia (-4.51 %), Amazon (-3.09 %), Apple (-1.97 %) y Meta (-3.39 %).
El ambiente tenso se agravó tras las declaraciones de Trump, quien volvió a presionar públicamente para que Powell reduzca las tasas de interés, lo que generó dudas sobre la independencia de la política monetaria en Estados Unidos.
Por otro lado, el petróleo también registró pérdidas: el WTI cayó 1.92 % a 63.44 dólares por barril, y el Brent retrocedió 1.99 % a 66.61 dólares. Aunque hubo señales de progreso en las negociaciones entre EE. UU. e Irán, la atención del mercado sigue centrada en la inestabilidad estadounidense.
Los analistas coinciden en que, mientras la economía de Estados Unidos no muestre señales claras de estabilidad, los mercados emergentes seguirán atrayendo inversiones como refugio alternativo.