El cese del suministro de gas natural desde Rusia a Europa, a raíz de la decisión de Ucrania de suspender el tránsito a través de su territorio, podría intensificar la competencia por alternativas entre Europa y Asia, lo que elevaría los precios del gas natural licuado (GNL), según un experto en energía citado por Bloomberg este jueves.
Rusia detuvo oficialmente el flujo de gas hacia la UE a través de Ucrania el 1 de enero, después de que fracasaran las negociaciones entre Gazprom, la gigante energética rusa, y las empresas ucranianas Naftogaz y el Operador del Sistema de Transmisión de Gas de Ucrania, lo que impidió un acuerdo para extender el contrato.
Scott Darling, director ejecutivo de Haitong International Securities, afirmó a Bloomberg que esta medida dificultará aún más el mercado de GNL. «La oferta de GNL es limitada, y anticipamos un mayor riesgo de aumento en los precios spot del GNL tanto este año como el próximo», comentó.
Aunque se esperaba la interrupción tras meses de disputas políticas, los consumidores europeos aún deben encontrar alternativas para reemplazar aproximadamente el 5% de su gas, lo que los podría llevar a depender más del almacenamiento. Sin embargo, los niveles de reserva de gas han caído recientemente por debajo del promedio estacional.
Como resultado de la reducción de la oferta, los precios del gas natural han subido, con el referencial europeo cerrando el año con un incremento de más del 50%. Bloomberg destacó que este aumento aún no se ha reflejado completamente en el costo del GNL, que tradicionalmente es más caro.
La red de transporte de gas de Ucrania está conectada a los sistemas de oleoductos de Moldavia, Rumania, Polonia, Hungría y Eslovaquia, extendiéndose también a Austria e Italia. Eslovaquia es uno de los países más impactados por la suspensión, ya que depende de suministros rusos para cubrir casi el 60% de su demanda, los cuales llegaban a través de Ucrania. Moldavia también podría verse seriamente afectada, dado que una gran parte de su electricidad proviene de una central eléctrica alimentada por gas ruso.
A pesar de esta interrupción, Rusia aún puede suministrar gas a Europa a través del gasoducto TurkStream y mediante envíos de GNL por mar. TurkStream, que conecta Rusia con Turquía a través del Mar Negro, se extiende hasta la frontera de Grecia, miembro de la UE, y tiene dos líneas: una para el mercado interno turco y otra para Europa central, incluyendo países como Hungría y Serbia.