Según informó el Pentágono, en respuesta a un ataque mortal con aviones no tripulados contra una base de la coalición liderada por Estados Unidos en la parte noreste de Siria, las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo ataques de represalia en el este del país.
Un contratista estadounidense falleció y cinco soldados estadounidenses y otro contratista resultaron heridos después de que un dron de origen iraní impactara contra una instalación de mantenimiento cerca de la ciudad de Hasakah.
En la misma declaración, el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, declaró que el presidente Joe Biden le había ordenado autorizar «ataques aéreos de precisión» contra instalaciones utilizadas por grupos afiliados al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC) en el este de Siria. Austin afirmó que los bombardeos fueron una respuesta al ataque del día y a una serie de ataques recientes contra las fuerzas de la coalición en Siria por parte de grupos afiliados al IRGC, y que Estados Unidos responderá en el momento y lugar que elijan.
A pesar de que el secretario de defensa de EE. UU. no reveló la ubicación exacta de los ataques, se compartieron imágenes en las redes sociales que supuestamente mostraban explosiones en la provincia oriental siria de Deir ez-Zor, cerca de la frontera con Irak. Sin embargo, fuentes locales informaron a la emisora iraní Press TV que los misiles estadounidenses no alcanzaron ninguna instalación vinculada a grupos iraníes, sino que impactaron en un centro de desarrollo rural y una instalación de granos. La emisora también afirmó que ningún iraní murió en el ataque y citó a una fuente militar anónima que aseguró que los «grupos de resistencia» planean responder a los ataques de EE. UU.
Unos 900 soldados estadounidenses permanecen en el noreste de Siria, una zona rica en petróleo, después de haber sido desplegados allí en la década de 2010 bajo el pretexto de combatir a los militantes del Estado Islámico (EI, anteriormente ISIS). El gobierno sirio ha considerado ilegal la presencia de estas tropas y se ha quejado repetidamente ante la ONU, una postura que es compartida por Rusia e Irán, quienes han ayudado al país a combatir el terrorismo.
A principios de este mes, un proyecto de ley patrocinado por los republicanos que pedía la retirada de las fuerzas estadounidenses de Siria no se aprobó en el Congreso de los EE. UU., perdiendo una votación por 103 a 321.
