En un asalto de gran magnitud, un grupo de delincuentes organizados robó al menos 240 toneladas de concentrado de oro, plata, zinc y plomo pertenecientes a la empresa minera Newmont Peñasquito. El incidente ocurrió en la carretera federal Zacatecas-Saltillo y ha encendido las alarmas de las autoridades y la industria minera.
El atraco, registrado el pasado 31 de octubre, mostró un alto nivel de planificación. Los criminales neutralizaron a los guardias de seguridad y sometieron a los conductores de los camiones antes de acoplar las góndolas de carga a otros tractocamiones, evitando así ser rastreados mediante sistemas satelitales. Este modus operandi refleja un conocimiento detallado de los protocolos de seguridad y una capacidad logística considerable.
El 4 de noviembre, Juan Manríquez Moreno, coordinador de la Guardia Nacional en Zacatecas, confirmó la veracidad de la información y destacó la rapidez del despliegue de las fuerzas de seguridad. “En un lapso más o menos de una hora, a partir de que nos fue notificada la sustracción del mineral, se dio un despliegue fuerte, pero no pudimos recuperar las góndolas porque, al parecer, otros tractocamiones las engancharon y lograron extraerlas del área”, señaló Manríquez en una conferencia de prensa. Pese a un operativo extendido el sábado en áreas donde se presumía que podrían haber escondido el material, este no fue hallado.
Newmont Peñasquito, en un comunicado oficial fechado el 5 de noviembre, confirmó el robo y agradeció la colaboración de las autoridades federales y locales, que permitió recuperar los tractocamiones y proteger a los operadores y al personal de seguridad privada. “Afortunadamente, durante este preocupante evento, no se registraron daños personales y las personas involucradas se encuentran a salvo. La seguridad y protección de nuestros empleados, clientes y miembros de la comunidad es nuestra máxima prioridad, por lo que continuaremos colaborando plenamente con las autoridades mientras investigan la situación”, indicó la compañía.
Este incidente es el segundo robo importante de minerales en México en lo que va del año. El 5 de junio, más de 10 personas asaltaron el Puerto de Manzanillo, Colima, robando 20 contenedores con metales como oro, plata y zinc, a pesar de la presencia de la Guardia Nacional. Ambos casos subrayan la creciente amenaza del crimen organizado sobre la industria minera y la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en la logística y el transporte de materiales valiosos.
La mina Peñasquito, operada por Newmont en el semidesierto de Zacatecas, es una fuente vital de empleo con casi 5,000 puestos directos y 28,000 indirectos. El robo plantea preguntas sobre la capacidad de las autoridades para proteger los recursos estratégicos y las rutas de transporte en un contexto de inseguridad creciente.