Según informes del diario Financial Times, el suministro de gas por tubería desde Rusia a la Unión Europea (UE) a través de Ucrania podría enfrentar una interrupción el próximo año. Esto se debe a la expiración del contrato de tránsito entre Moscú y Kiev, según reveló el ministro de Energía de Ucrania, German Galushchenko.
El acuerdo actual está vigente hasta 2024, pero las perspectivas de negociar un nuevo acuerdo son escasas, afirmó Galushchenko al medio. Si no se logra un nuevo acuerdo, se detendrían los flujos de gas ruso hacia la UE a través de una de las últimas rutas restantes, lo que privaría a Ucrania de miles de millones de dólares en tarifas de tránsito.
Galushchenko mencionó que no puede imaginar cómo se podría llegar a un acuerdo bilateralmente y que Ucrania está preparando su sistema para un posible corte de suministros.
En 2019, con la mediación de la UE, se firmó el contrato actual de cinco años entre Rusia y Ucrania tan solo 24 horas antes de que expirara el acuerdo anterior. Según este acuerdo, el gigante energético ruso Gazprom se comprometió a transitar 65 mil millones de metros cúbicos (bcm) de gas a través de Ucrania en 2020 y 40 bcm anuales entre 2021 y 2024.
Anteriormente, antes de marzo de 2022, la UE recibía la mayor parte de su gas natural de Rusia, que se entregaba a través de la red de oleoductos de Ucrania, así como de los oleoductos Nord Stream y TurkStream. Sin embargo, las sanciones contra Moscú y la destrucción del oleoducto Nord Stream provocaron una reducción drástica de los suministros y un almacenamiento frenético en la UE el año pasado. Esto resultó en precios históricamente altos de hasta 3.600 dólares por 1.000 metros cúbicos en agosto.
Desde entonces, los precios del gas natural se han multiplicado aproximadamente por diez, y las instalaciones de almacenamiento de la UE se encuentran llenas por encima de los niveles requeridos para esta época del año. Actualmente, los suministros rusos a través de Ucrania representan el 5% de las exportaciones de gas de Moscú a Europa. Sin embargo, algunos países de la UE dependen en gran medida de las importaciones de este país afectado por las sanciones. Por ejemplo, según datos de la consultora energética ICIS, el gas que fluye a través de Ucrania cubrió aproximadamente la mitad de la demanda de Austria en mayo, y en Eslovaquia representó hasta el 95% del consumo total.
La posible falta de renovación del contrato genera incertidumbre, ya que ninguna de las partes cree que la otra haya cumplido con los compromisos establecidos. Según Laurent Ruseckas, analista de S&P Global Commodity Insights, «es difícil ver cómo se renueva un contrato que ninguna de las partes cree que la otra ha cumplido», aunque teóricamente el gas debería seguir fluyendo si los compradores europeos lo desean y Rusia está dispuesta a enviarlo. A pesar de que la UE ha aumentado las compras de gas natural licuado (GNL) de países como Estados Unidos, Noruega y Argelia, incluso una pérdida menor en el suministro de gas podría provocar un aumento significativo en los precios en todo el continente.
La situación actual plantea desafíos tanto para Ucrania como para la UE, ya que se enfrentan a la posibilidad de interrupciones en el suministro de gas ruso. Las partes involucradas deberán buscar soluciones y mantener un diálogo abierto para garantizar la seguridad energética y estabilidad en la región.
El desarrollo de nuevas rutas y fuentes de suministro, así como la diversificación de las fuentes de energía, podrían desempeñar un papel crucial en la reducción de la dependencia del gas ruso y en la protección de los intereses energéticos de Ucrania y la UE a largo plazo.