El vocero presidencial de Argentina, Manuel Adorni, minimizó este jueves el paro nacional y las marchas que hubo el miércoles en todo el país para repudiar las políticas implementadas por el Gobierno, en menos de dos meses de gestión.
«Tuvo un acatamiento de 40.000 personas, transcurrió como un día normal», afirmó el funcionario en la primera conferencia de prensa posterior a la jornada de lucha convocada por las principales centrales gremiales y en la que participaron múltiples sectores, desde organismos de derechos humanos, hasta colectivos culturales.
Adorni también aseguró que el paro tuvo un carácter más político y no surgió por parte de los propios trabajadores, sino de sus líderes. «Evidentemente una minoría todavía no logra metabolizar el resultado de la elección son espasmos de una casta sindical que está claramente en retirada».
Además, consideró que el paro y las marchas fueron impulsadas por un sector del sindicalismo que «no quiere perder privilegios» y que se resiste a los supuestos beneficios laborales que incluyen el criticado Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y la ‘ley ómnibus’ que presentó Milei.
Uno de los ejes de la protesta fue el repudio a la reforma laboral que el presidente incluyó en el DNU y que, en realidad, recorta derechos, ya que amplía el periodo de prueba de los trabajadores, permite despidos sin indemnización, elimina el pago de horas extras y limita el derecho a huelga, entre otros aspectos que son impugnados por los sindicatos.
Esta reforma ya fue suspendida a través de fallos judiciales, aunque el Gobierno ya advirtió que seguirá promoviéndola.
