El Instituto Económico Alemán (IW) ha publicado su último pronóstico, en el que prevé una contracción en la producción económica de Alemania para este año. Esta disminución se atribuye a varios factores, incluida una débil demanda externa, el aumento de las tasas de interés y una prolongada crisis energética.
Según el IW, la economía alemana se encuentra en un estado de «shock», y las empresas se ven particularmente afectadas por la incertidumbre geopolítica derivada del conflicto en Ucrania. Los problemas globales, como la escasez y el aumento de los precios de las materias primas y la energía, también impactarán negativamente a las empresas e industrias alemanas durante el año.
El comercio mundial lento y la débil demanda contribuirán a una disminución del Producto Interno Bruto (PIB) de Alemania en comparación con el año pasado, estimándose en casi un 0,5%. Además, se pronostica que la tasa de desempleo alcance el 5,5%. La alta inflación, que ha persistido desde principios de año y se espera que se mantenga en torno al 6,5%, está ejerciendo presión sobre el gasto de los consumidores.
El profesor Michael Gromling, jefe de la Unidad de Investigación Macroeconómica y del Ciclo Económico del IW, instó al gobierno a tomar medidas urgentes para abordar esta crisis económica. Recomendó la reducción de la carga fiscal, así como el respaldo atractivo y no burocrático a la innovación y la inversión para ayudar a las empresas a enfrentar los desafíos actuales.
El sentimiento económico en Alemania se ha visto afectado por el ajuste fiscal, que ha resultado en un aumento de los costos de producción y tasas de interés más altas. Esto ha disminuido la atractividad de las inversiones para las empresas, y sectores como la construcción han sido particularmente afectados. Se espera que las inversiones en construcción de viviendas caigan un 3% este año.