La calificadora advierte una contracción del PIB y un entorno adverso por aranceles, incertidumbre comercial y problemas fiscales persistentes.
La agencia Fitch Ratings confirmó la calificación crediticia de México en “BBB-” con perspectiva estable, lo que significa que el país mantiene el grado de inversión —aunque en su nivel más bajo— y no se anticipa una degradación en los próximos seis a doce meses. Sin embargo, este aparente respaldo vino acompañado de un duro diagnóstico económico: Fitch prevé una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) mexicano de 0.4% en 2025, lo que sugiere un escenario de recesión, marcado por riesgos tanto internos como externos.
Aranceles e incertidumbre comercial: una amenaza creciente
Entre los factores que explican este pronóstico negativo, Fitch destaca la política arancelaria del gobierno estadounidense, encabezado nuevamente por Donald Trump. La calificadora advierte que el proteccionismo comercial de EE.UU. podría afectar gravemente a México, incluso si se mantiene un tratamiento preferencial frente a otros países competidores.
La relación entre ambos países, dice Fitch, seguirá siendo incierta al menos hasta 2026, cuando está programada una revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Esta incertidumbre también podría frenar el fenómeno del nearshoring (la reubicación de fábricas cerca del mercado estadounidense), que hasta ahora ha sido presentado como una gran oportunidad para México.
El gobierno estima crecimiento; el mercado prevé recesión
Mientras el gobierno mexicano proyecta un crecimiento del PIB de entre 1.9% y 2.3% para 2025, la realidad que pintan analistas y entidades financieras es mucho más sombría. La mayoría de las estimaciones privadas coinciden en un crecimiento muy por debajo del 1%, e incluso algunas pronostican números negativos.
Por ejemplo:
- Citigroup sitúa el crecimiento en 0.3%.
- Banamex y XP Investments pronostican una contracción de hasta -0.5%.
- Franklin Templeton estima una probabilidad del 70% de que México caiga en una recesión leve.
- La OCDE, por su parte, proyecta una caída del PIB de 1.3% en 2025 y de 0.6% en 2026, según su informe “Cómo navegar en la incertidumbre”.
Incluso el Banco de México (Banxico) recortó recientemente su expectativa de crecimiento a 0.6%, mostrando un consenso cada vez más claro sobre el enfriamiento de la economía mexicana.
Finanzas públicas bajo presión
Además del débil crecimiento, Fitch advirtió sobre un deterioro en la posición fiscal del país. La agencia estima que la deuda bruta del gobierno general (que incluye al gobierno federal, estados y pasivos del IPAB) alcanzará el 54.3% del PIB en 2025, y podría subir hasta el 58% en los próximos años. Este aumento compromete la capacidad del país para responder a nuevas crisis o financiar programas de inversión.
En este sentido, Pemex sigue siendo un punto crítico. Fitch señaló que los planes anunciados por la presidenta Claudia Sheinbaum probablemente no lograrán transformar la frágil situación financiera de la petrolera estatal, que continúa siendo una carga para las finanzas públicas.
Una economía resistente, pero en terreno difícil
A pesar de este panorama preocupante, Fitch reconoce que México cuenta con fortalezas importantes, como políticas macroeconómicas relativamente prudentes, finanzas externas robustas, y una economía grande y diversificada. Asimismo, señala que la administración de Sheinbaum mantiene, hasta ahora, una postura fiscalmente responsable.
En resumen, aunque la calificación crediticia no fue rebajada, la fotografía económica que presenta Fitch Ratings es pesimista: el país enfrenta una alta probabilidad de recesión, un entorno comercial volátil, y un debilitamiento de sus finanzas públicas, factores que ponen en duda la sostenibilidad del crecimiento económico en el corto y mediano plazo.