Altos funcionarios de Estados Unidos y China se reunieron este lunes en Londres para intentar aliviar la tensión comercial entre las dos mayores economías del mundo, en un esfuerzo por estabilizar una tregua frágil. La reunión, acogida por Reino Unido, busca reducir el impacto de los aranceles en la economía global, tras una caída del 34.5% en las exportaciones chinas a EE.UU. en mayo, la mayor desde febrero de 2020, según CNBC.
La delegación estadounidense está liderada por el secretario del Tesoro, Scott Bessent; el secretario de Comercio, Howard Lutnick; y el representante comercial, Jamieson Greer. Por China, el viceprimer ministro He Lifeng encabeza las negociaciones. Ambos equipos se reunieron previamente en Ginebra, logrando un acuerdo preliminar para suspender la mayoría de los aranceles por 90 días.
“Apoyamos el libre comercio y creemos que una guerra arancelaria no beneficia a nadie”, declaró un portavoz del gobierno británico, que no participa directamente en las conversaciones. Los mercados globales observan con cautela, mientras persisten preocupaciones por restricciones chinas a tierras raras y controles estadounidenses a chips de inteligencia artificial. Se espera que las discusiones aborden estos puntos clave para evitar una escalada mayor.
