Los precios de la energía en toda la Unión Europea (UE) han experimentado un aumento significativo, lo que plantea la perspectiva de facturas más altas para los hogares a medida que el bloque se prepara para otro invierno con suministros de gas natural ruso drásticamente reducidos.
El costo de la electricidad en Italia aumentó aproximadamente un 30% durante la semana del 21 al 27 de agosto, alcanzando los 138 euros por megavatio hora (MWh).
Según estimaciones del grupo de investigación Nomisma Energia, a partir del 1 de octubre, las familias italianas podrían enfrentar un aumento del 7% al 10% en sus facturas de electricidad. La causa principal citada es el aumento de los precios del gas, ya que Italia es uno de los países de la UE más dependientes del gas natural.
El presidente de Nomisma Energia, Davide Tabarelli, advirtió que «si los precios se mantienen en estos niveles, es inevitable que se reflejen en un aumento de las futuras facturas de la luz».
Tabarelli también señaló que «las proyecciones para el próximo invierno indican que los precios internacionales son un 40% más altos que los actuales y, si se materializan, las tarifas del gas para el invierno podrían ser un 20% más altas que los niveles actuales».
En otras partes de la UE, los costos de la energía también han aumentado significativamente. Por ejemplo, el precio medio mayorista de la electricidad en Estonia aumentó un 93% hasta los 153,39 euros por MWh en la última semana, mientras que los precios en Letonia y Lituania aumentaron un 23% hasta los 142,58 euros por MWh.
Los precios de la electricidad en la UE ya habían aumentado el año pasado debido a la decisión del bloque de restringir fuertemente las importaciones de petróleo y gas rusos y prohibir completamente el suministro de carbón como parte de su política de sanciones.
Esta situación ha llevado a países como Francia, que alguna vez fue un exportador neto de energía a la UE, a depender en gran medida de las importaciones de electricidad de los países vecinos durante el invierno pasado. La prolongada indisponibilidad de muchas de sus centrales nucleares, que representan el 70% de la producción eléctrica del país, debido a trabajos de mantenimiento, ha sido un factor contribuyente.
En respuesta a la preocupación por la escasez de energía este invierno, Francia ha extendido el permiso para que las empresas generadoras de energía quemen más carbón en los próximos meses.
