En los últimos meses, tener una mascota en México se ha vuelto más costoso, sobre todo en lo que se refiere a servicios como baños, peluquería, guardería y otros cuidados. De acuerdo con datos del INEGI, en marzo la inflación de estos servicios alcanzó un 8.73% anual, el nivel más alto en 27 meses, desde diciembre de 2022. Este aumento es especialmente llamativo si se considera que duplica la inflación general de servicios, que fue del 4.35% en el mismo periodo, según el Banco de México (Banxico).
La principal causa de este encarecimiento está relacionada con dos factores: por un lado, los prestadores de servicios buscan recuperar las pérdidas que sufrieron durante la pandemia; por otro, la demanda se ha mantenido fuerte, ya que cada vez más hogares tienen mascotas y están dispuestos a pagar por su bienestar.
Actualmente, el 69.8% de los hogares mexicanos tiene al menos una mascota, lo que representa alrededor de 80 millones de animales, entre los que predominan los perros (43.8 millones) y los gatos (16.2 millones). Además, un alto porcentaje de la población (85.7%) afirma tener empatía con la vida no humana, lo que explica por qué, a pesar del aumento de precios, muchas personas siguen invirtiendo en el cuidado y comodidad de sus lomitos y michis.
En conclusión, aunque cuidar a una mascota es ahora más caro, para muchas familias mexicanas ese gasto se justifica por el vínculo emocional y el deseo de ofrecerles una buena calidad de vida. Las mascotas no solo son compañía, también son parte del hogar, y su bienestar se ha convertido en una prioridad para millones de personas.