Alemania podría no evitar una segunda recesión en 2023 debido a la debilidad persistente en su sector industrial. El producto interno bruto (PIB) disminuyó un 0,2% en el segundo trimestre y se espera que caiga otro 0,1% antes de que termine el año, según varios economistas citados por ‘Bloomberg’. Los problemas estructurales y la caída de la actividad industrial han llevado a una perspectiva económica débil para Alemania.
La caída de la actividad industrial se ha visto afectada por la disminución de los suministros de hidrocarburos rusos y la atonía de la demanda china de exportaciones alemanas. Los datos sugieren que Alemania habrá experimentado cinco trimestres consecutivos sin crecimiento, lo que la convierte en una «carga» económica en comparación con otras economías europeas.
La inflación en Alemania ha alcanzado el 6,1%, lo que ha llevado a muchas empresas alemanas a reducir o detener la producción, lo que resulta en la pérdida de ingresos y empleos. En 2023, se declararon en quiebra 13,993 empresas en Alemania, lo que representa un aumento significativo en comparación con 2022.
A pesar de las declaraciones optimistas del ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, sobre la fortaleza económica de Alemania, algunas figuras, como Christian Sewing, CEO de Deutsche Bank AG, han expresado la necesidad de reformas estructurales en áreas como los precios de la energía, infraestructura y migración. Sewing incluso predijo que la recuperación económica en Alemania no se producirá antes de 2025.
La crisis económica de Alemania se ha visto agravada por las restricciones contra los recursos energéticos rusos en respuesta a la operación militar especial de Rusia en Ucrania.
