El presidente Andrés Manuel López Obrador criticó nuevamente el informe del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre la situación de derechos humanos en México, señalando la contradicción de recibir consejos de un país que lidera el suministro mundial de armas. López Obrador destacó la ironía de que Estados Unidos, tras respaldar políticas cuestionables, pretenda erigirse como juez en temas de derechos humanos, calificando esta actitud como grave.
En respuesta, el mandatario mexicano solicitó la difusión de videos que evidencian represiones policiales en universidades estadounidenses, mostrando la brutalidad contra jóvenes manifestantes que protestaban por la política gubernamental en Medio Oriente y en apoyo al pueblo palestino.
Asimismo, López Obrador cuestionó las fuentes y la veracidad de los datos en el informe, denunciando su basamento en «información basura» proveniente de adversarios y difundida por medios conservadores. Mencionó específicamente el caso de la presunta promoción de más de veinte mil mensajes en redes sociales en contra de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña.
El presidente mexicano instó al Departamento de Estado a revisar sus recomendaciones, argumentando que estas violan la soberanía de los países. Criticó el uso de estos informes como herramienta para juzgar la conducta de naciones soberanas y señaló la falta de actualización de dichas políticas desde la Alianza para el Progreso en la década de 1960.
López Obrador lamentó la falta de coherencia en la política exterior de Estados Unidos, destacando la prioridad dada a enviar fondos a ciertas regiones como Gaza y Ucrania, mientras se descuida el apoyo a países pobres de América Latina para mitigar la migración. Calificó esta política como obsoleta y con una doble moral perjudicial tanto para los pueblos como para los propios Estados Unidos.
Finalmente, el presidente López Obrador reiteró la caducidad y la falta de fundamento legal de los informes del Departamento de Estado, aunque expresó su satisfacción por el respeto mostrado por otros funcionarios estadounidenses en temas de migración y combate a las drogas. Reconoció la necesidad de aclarar su postura, sin buscar polemizar, pero señaló la importancia de reflexionar sobre la propia conducta antes de criticar a otros países.