El anuncio del gobierno italiano sobre la implementación de un impuesto excepcional sobre las ganancias bancarias ha generado un fuerte impacto en los mercados financieros del país, provocando una caída en las acciones de las instituciones financieras y afectando el valor de mercado en general.
El martes, las acciones de los bancos italianos experimentaron un marcado descenso, con pérdidas acumuladas que alcanzaron alrededor de 10,000 millones de euros (11,000 millones de dólares) en valor de mercado combinado. Entre los bancos afectados se encuentran Intesa Sanpaolo, el banco más grande de Italia, así como Finecobank, especializado en corretaje en línea, BPER Banca, Banco BPM y UniCredit. Este movimiento también impactó a los índices bursátiles, con el FTSE MIB de Italia cayendo un 2.6% y el índice Stoxx Europe 600 disminuyendo un 0.7%.
El impacto se extendió más allá de las fronteras italianas, ya que Commerzbank de Alemania cayó aproximadamente un 3.2% y Deutsche Bank cotizó un 2% más bajo en respuesta al anuncio.
El impuesto propuesto por el gobierno italiano busca gravar un 40% de las ganancias bancarias adicionales derivadas de las tasas de interés más altas, con el objetivo de reducir los impuestos y brindar apoyo financiero a los titulares de las primeras hipotecas. El viceprimer ministro italiano, Matteo Salvini, destacó que el impuesto está dirigido a los beneficios obtenidos por los bancos debido a las subidas de tasas del Banco Central Europeo.
El impuesto se aplicará a los ingresos netos por intereses «en exceso» en 2022 y 2023 debido a tasas de interés más altas. Se aplicará sobre los ingresos netos por intereses que superen el 3% de crecimiento interanual en 2022 respecto a los niveles de 2021, y superen el 6% de crecimiento interanual en 2023 en comparación con 2022.
Se espera que este impuesto genere más de 2,000 millones de euros (2,200 millones de dólares) para las arcas estatales, según reportes del medio de comunicación local ANSA. Los bancos deberán pagar este impuesto dentro de los seis meses posteriores al cierre de su ejercicio económico. El anuncio del impuesto ha provocado un debate sobre su posible impacto en el sector bancario y la economía en general, así como en el mercado financiero europeo.
