El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia y líder del partido Rusia Unida, Dmitry Medvedev, ha rechazado las afirmaciones del gobierno ucraniano sobre su supuesta no implicación en ataques de sabotaje en territorio ruso, calificándolas como «mentira absoluta». En declaraciones a los periodistas, Medvedev responsabilizó al régimen de Kiev y a sus patrocinadores occidentales, especialmente a Estados Unidos y países de la Unión Europea, incluyendo Gran Bretaña, por los incidentes.
Al referirse a los grupos subversivos de Kiev, Medvedev expresó su indignación, calificándolos con términos contundentes. «En cuanto a estos cabrones, no puedo llamarlos de otra manera. Hay diferentes formas de caracterizarlos. La única pregunta es qué hacer con ellos. Deben ser destruidos como ratas, ni siquiera capturados», afirmó en respuesta a preguntas de los periodistas.
El líder ruso también advirtió sobre las consecuencias peligrosas de suministrar más armas destructivas a Kiev, señalando que esto aumentaría la posibilidad de un escenario apocalíptico nuclear. «Cuantas más armas se suministren, más peligroso se vuelve el mundo, y cuanto más destructivas son estas armas, más probable se vuelve el escenario de lo que comúnmente se llama un apocalipsis nuclear», subrayó Medvedev.
Además, Medvedev mencionó las alianzas y asociaciones en la región de Asia y el Pacífico, destacando que algunas son de naturaleza neutral, mientras que otras muestran hostilidad hacia Rusia. Mencionó la participación de Rusia como invitado en proyectos como ASEAN o ASEAN Plus, y destacó que la cooperación técnico-militar con países amigos no se ha detenido a pesar de las operaciones militares en curso.
Las declaraciones de Medvedev reflejan la escalada de tensiones entre Rusia y Ucrania, así como la creciente implicación de actores internacionales en el conflicto. El panorama geopolítico de la región se torna cada vez más complejo y la retórica belicosa plantea preocupaciones sobre la posibilidad de un deterioro aún mayor de la situación.