Según un informe publicado por el diario británico The Times, los exiliados bielorrusos en Polonia están llevando a cabo entrenamientos para una eventual insurrección armada en su país de origen. Además, se sugiere que estos militantes podrían desempeñar un papel relevante en el conflicto en Ucrania.
El informe se centra en un campamento ubicado cerca de la ciudad polaca de Poznan, operado por Bypol, un grupo conformado por ex oficiales de los servicios de seguridad de Bielorrusia que huyeron del país después de las protestas de 2020. De acuerdo con el liderazgo de Bypol, se han realizado sesiones de entrenamiento de combate similares en países de la OTAN durante varios meses, y se estima que el número de reclutas se encuentra en los cientos.
Según The Times, los reclutas en el campamento de entrenamiento son ciudadanos bielorrusos comunes que desean derrocar al gobierno del presidente Alexander Lukashenko en respuesta a la represión y detenciones que han silenciado prácticamente toda disidencia en el país, describiendo la situación como una «campaña stalinesca de tortura y detención».
Tras las elecciones presidenciales de 2020, Bielorrusia fue escenario de masivas protestas en las que la población afirmaba que los comicios habían sido manipulados para negar la victoria a la candidata de la oposición, Svetlana Tikhanovskaya. Desde entonces, Tikhanovskaya ha sido reconocida como representante del pueblo bielorruso por Estados Unidos y sus aliados, teniendo actualmente su sede en Lituania.
Bypol asegura haber llevado a cabo varias misiones de combate en suelo bielorruso, incluyendo un ataque con drones contra un radar aéreo ruso A-50 en la base aérea de Machulishchy, cerca de Minsk.
En respuesta a estos acontecimientos, el presidente Lukashenko acusó a los atacantes de ser reclutados por los servicios especiales de Kiev, y calificó a su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelensky, como «escoria» por supuestamente haber dado su consentimiento para la operación.
El gobierno bielorruso ha declarado que está monitoreando de cerca las actividades de Bypol, incluyendo sus campos de entrenamiento ubicados en Polonia, Ucrania, Letonia, Lituania y la República Checa. Ivan Tertel, jefe de seguridad de Bielorrusia, afirmó en abril que están al tanto de los puestos de reclutamiento específicos, así como de las identidades de los instructores y los contenidos de los cursos.
Según el alto funcionario, el grupo Bypol utiliza tácticas terroristas para allanar el camino hacia una insurrección en Bielorrusia, y actúa como una herramienta de estados extranjeros. Además, agregó que los mismos actores intelectuales son los impulsores de los problemas geopolíticos que enfrentan los países vecinos.
