El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, arremetió contra Alemania por su decisión de suspender la exportación de armas al país hebreo, calificándola de “inaceptable” y acusando a Berlín de debilitar la lucha contra el terrorismo.Netanyahu expresó que esta medida “envía un mensaje equivocado” en un momento crítico para la seguridad de Israel, en medio de tensiones con grupos como Hamás y Hezbolá.
La decisión alemana, anunciada esta semana, responde a presiones internas y de la Unión Europea para revisar el suministro de armas a Israel, debido a preocupaciones por el impacto humanitario del conflicto en Gaza, donde la ONU reporta más de 40,000 víctimas civiles desde octubre de 2023. Alemania, que en 2024 aprobó exportaciones militares a Israel por 326 millones de euros, según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), ahora exige garantías de que el armamento no se usará en violaciones al derecho internacional.
Netanyahu, en una reunión con su gabinete, comparó la situación con “dejar a Israel indefenso frente a amenazas existenciales”, según fuentes cercanas citadas por RT. También señaló que otros países, como Francia y Reino Unido, han adoptado restricciones similares, lo que complica la capacidad militar de Israel. “Europa está abandonando a un aliado clave en la región”, afirmó, subrayando la importancia de las armas para contrarrestar ataques desde Gaza y el Líbano.
Por su parte, el gobierno alemán, liderado por el canciller Olaf Scholz, defendió la medida como parte de su compromiso con la paz y los derechos humanos, aunque aclaró que no se trata de un embargo total, sino de una revisión caso por caso. Organizaciones como Amnistía Internacional han aplaudido la decisión, argumentando que el uso de armas en Gaza ha exacerbado la crisis humanitaria.
El conflicto, que ha generado protestas globales, pone a prueba las relaciones diplomáticas entre Israel y sus aliados europeos. Mientras tanto, Estados Unidos, principal proveedor militar de Israel con un apoyo anual de 3,800 millones de dólares, no ha modificado su postura. La situación plantea interrogantes sobre el equilibrio entre seguridad y responsabilidad internacional, con posibles repercusiones en la estabilidad de Oriente Medio.
