La Guardia Fronteriza de Letonia anunció una movilización adicional de sus efectivos a partir del 15 de agosto con el fin de «fortalecer la protección en la frontera estatal» con Bielorrusia.
De acuerdo con el comunicado de la agencia de seguridad, «la decisión se tomó debido al rápido crecimiento de la amenaza híbrida» registrado «en las últimas 24 horas«, ya que se detectaron 96 intentos de cruzar ilegalmente el límite fronterizo entre ambos países.
La Guardia Fronteriza señala que las autoridades bielorrusas, supuestamente, están cada vez más involucradas en «la organización del flujo de migrantes ilegales» hacia territorio letón. Además, ha solicitado apoyo adicional del Ejército y Policía, así como también ha suspendido la concesión de vacaciones anuales a sus funcionarios.
La crisis migratoria en la frontera oriental de la Unión Europea (UE) estalló en 2021, cuando Bielorrusia se convirtió en un importante punto de tránsito para los refugiados de Oriente Medio y África que intentaban llegar a la UE.
El flujo de refugiados afectó a Polonia, Letonia y Lituania. Desde entonces, Bruselas ha culpado a Minsk de fomentar la crisis migratoria, mientras que las autoridades bielorrusas han rechazado las acusaciones.
En junio pasado, diversas organizaciones sociales criticaron el «doble rasero» de la política migratoria y de asilo de la UE, señalando que actuó con rapidez para acoger a millones de refugiados procedentes de Ucrania, mientras los ciudadanos de otros países pasan meses en centros de acogida con restricciones de circulación. Asimismo, denunciaron que los migrantes son víctimas de maltrato físico, detenciones arbitrarias, rechazo y devoluciones en caliente.
