En el contexto de los últimos bombardeos masivos realizados por parte del movimiento palestino Hamás, que iniciaron el sábado pasado, todo el mundo fijó su atención a la Cúpula de Hierro, el sistema de defensa antimisiles de Israel. Esta defensa aérea fue elaborada para contrarrestar los ataques con cohetes y vehículos aéreos no tripulados lanzados desde los territorios de Palestina y el Líbano.
La última agudización de la situación en Oriente Próximo ha mostrado que la cúpula desempeña un papel crucial para el país, ya que logró interceptar la mayoría de los miles de misiles dirigidos a Israel, pero surgen dudas sobre la eficacia del sistema frente a una presión intensa.
Funcionamiento de la Cúpula de Hierro
La defensa aérea israelí entró en servicio en 2011, y fue aplicada con éxito por primera vez un año después, en el marco de la operación Pilar de Defensa. La empresa productora del sistema, Rafael Advanced Defense Systems, afirma que su éxito es del 90 %, y hasta la fecha se han registrado más de 2.000 interceptaciones.
La cúpula está compuesta de tres elementos principales: el lanzador para los misiles interceptores Tamir, el radar sensible y el sistema de gestión de batalla y control de armas. Debido a esas tecnologías avanzadas, la defensa aérea puede detectar un cohete a distancias de hasta 70 kilómetros, analizar su trayectoria y, si algún asentamiento o objetivo estratégico se pone en peligro, aniquilarlo.
En mayo de 2021, Israel poseía al menos 10 baterías móviles operativas, cada una con 20 misiles interceptores. El precio de producción de cada cohete Tamir varía desde 40.000 hasta 50.000 de dólares.
La participación de EE.UU. en la protección de Israel
A pesar de que originalmente el proyecto fue elaborado en Israel, desde su lanzamiento, la cúpula fue financiada particularmente por EE.UU. En marzo de 2014, los Gobiernos de ambos países firmaron un acuerdo de producción conjunta en el que EE.UU. recibió el acceso a las tecnologías a cambio de la posibilidad de fabricar los componentes para el sistema en su territorio.
Posteriormente, en 2021, la Cámara de Representantes estadounidense aprobó la provisión de 1.000 millones de dólares para la defensa aérea israelí. Además, hasta la fecha, EE.UU. ha invertido a la cúpula casi 3.000 millones de dólares para las baterías, los interceptores, la coproducción y los costes generales de mantenimiento.
Este martes, el presidente de EE.UU., Joe Biden, expresó que su Administración está «aumentando la asistencia militar adicional«, lo que incluye proyectiles de artillería y misiles para reponer los arsenales del sistema antiaéreo Cúpula de Hierro.
¿Qué amenaza la eficacia del sistema antiaéreo?
Según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Hamás disparó unos 2.500 misiles, mientras que Hamás afirma haber lanzado 5.000 cohetes. No obstante, la cifra supera el número total de las detecciones y las intercepciones realizadas en la historia de la Cúpula de Hierro, lo que desafía al sistema de seguridad.
Cabe señalar que, aunque la defensa aérea probablemente habría podido rastrear cada cohete, las baterías podrían quedarse sin misiles por la gran escala del ataque. En este escenario, sería necesario una recarga que crearía un vacío en la cobertura de la cúpula.