Estados Unidos anunció la creación de nuevas zonas militares a lo largo de su frontera con México, intensificando la vigilancia en respuesta al aumento de flujos migratorios y tensiones comerciales, según un comunicado del Departamento de Seguridad Nacional. Las áreas, ubicadas en Texas, Arizona y California, incluirán bases avanzadas con drones, sensores y personal armado para “garantizar la seguridad nacional”.
El gobierno de Donald Trump, que asumió su segundo mandato en enero, justificó la medida por el incremento de cruces fronterizos, que alcanzaron 1.2 millones en 2024, según la Patrulla Fronteriza. Las zonas militares complementarán el muro fronterizo y permitirán una respuesta rápida ante “amenazas externas”. México expresó preocupación, argumentando que la militarización podría escalar tensiones bilaterales.
Organizaciones de derechos humanos criticaron la decisión, alertando sobre posibles violaciones a los derechos de migrantes. Analistas señalan que la medida coincide con los aranceles impuestos por Trump a productos mexicanos, lo que ha tensado las relaciones comerciales. La Secretaría de Relaciones Exteriores de México llamó al diálogo para abordar la migración de manera conjunta, mientras el Pentágono defendió las zonas como “estrictamente defensivas”. La situación en la frontera permanece bajo escrutinio internacional.
