El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, declaró este viernes en Múnich que Europa debe prepararse para un conflicto “de la misma magnitud que la Segunda Guerra Mundial”, asegurando que Rusia “ha traído la guerra de vuelta” y podría afectar “cada hogar y lugar de trabajo” con destrucción masiva y millones de desplazados.
Rutte exigió a los 32 aliados aumentar urgentemente el gasto en defensa y la producción de armas, afirmando que “el conflicto está a la vuelta de la esquina” y que la disuasión actual es insuficiente frente a la amenaza rusa.
Moscú rechazó tajantemente las declaraciones: Putin las calificó de “mentira inverosímil” y Lavrov reiteró que Rusia “no tiene intención alguna de atacar a Europa”, aunque responderá con firmeza a cualquier acción hostil de la OTAN.
Las palabras del líder aliado buscan presionar por mayores presupuestos de defensa, pero intensifican la retórica belicista en un momento de máxima tensión Este-Oeste.




