La Unión Europea (UE) se encuentra en un proceso activo de búsqueda de soluciones para impulsar su competitividad económica y no quedar rezagada en el escenario global, según un análisis realizado por el periódico británico ‘Financial Times’. A pesar de ser un objetivo prioritario para los líderes de los 27 países miembros de la UE, se enfrenta a obstáculos significativos, entre los cuales se encuentra una falta de voluntad política para abordar estos desafíos de manera efectiva.
En términos económicos, la UE ha experimentado una erosión de su competitividad en relación con Estados Unidos. Actualmente, representa el 65% de la economía estadounidense, una cifra notablemente menor en comparación con el 91% registrado en 2013. Esta brecha se agrava al considerar el PIB per cápita, el cual es más del doble en Estados Unidos y continúa ampliándose.
La UE también enfrenta dificultades en el ámbito de la tecnología e innovación, ya que se encuentra rezagada en comparación con las principales empresas tecnológicas a nivel mundial y las principales universidades. Adicionalmente, existe una carencia en la capacidad de fabricación de semiconductores, un sector dominado por China.
La pandemia de COVID-19 y el conflicto en Ucrania han tenido un impacto negativo en la economía europea al aumentar los precios y los costos de la energía. Además, factores como las presiones demográficas y las limitaciones en la educación han contribuido a la escasez de mano de obra calificada en la región.
La burocracia y los procedimientos engorrosos también se han identificado como obstáculos para las pequeñas y medianas empresas, lo que añade complejidad al ambiente empresarial. La igualdad de condiciones, que solía ser un pilar central del mercado único de la UE, se ha visto alterada significativamente debido a las ayudas estatales y el apoyo financiero brindado por Bruselas a las empresas europeas después de la pandemia.
Finalmente, existe una preocupación en la UE de que la próxima revolución tecnológica, centrada en la inteligencia artificial y la computación cuántica, podría pasar por alto a Europa y acentuar aún más la brecha en términos de innovación y competitividad con China y Estados Unidos.
