En un discurso de más de una hora, Donald Trump se defendió y se autoproclamó como el presidente que ha implementado cambios drásticos en la economía, la migración y la política exterior de Estados Unidos. Destacó que sus políticas, como la imposición de aranceles a México y Canadá, han logrado avances, como la entrega de 29 líderes de cárteles por parte de México, aunque advirtió que ambos países deben hacer más para combatir el tráfico de fentanilo.
Trump también expresó su apoyo a la designación de cárteles mexicanos como organizaciones terroristas globales y aseguró que los cárteles están «haciendo la guerra a Estados Unidos», por lo que él está dispuesto a responder con dureza. En cuanto a la migración, criticó la gestión de Joe Biden, mencionando cifras infladas de crímenes y pidió más fondos federales para sus esfuerzos de deportación. En un momento tenso del discurso, el congresista demócrata Al Green fue expulsado por interrumpir, mientras otros demócratas levantaban carteles pidiendo la protección de Medicaid y los veteranos.
Trump también defendió su trabajo en temas económicos, como la lucha contra la inflación, la reducción de costos de energía y los precios de los alimentos. En política exterior, habló de su voluntad de buscar la paz en Ucrania y Medio Oriente y reiteró su deseo de recuperar el control de Groenlandia y fortalecer la capacidad naval de Estados Unidos.
A lo largo del discurso, Trump se mostró confiado, asegurando que su gobierno ha hecho más en pocas semanas que las administraciones anteriores. Además, atacó las políticas de diversidad y equidad, prometiendo que su gobierno eliminaría lo que calificó como la «tiranía» de estas políticas.
El discurso, sin embargo, estuvo marcado por afirmaciones controvertidas y una división evidente entre los legisladores republicanos y demócratas, que se hicieron notar con protestas y carteles.