Claudia Sheinbaum, presidenta de México, respondió a los reportes sobre la inversión de la automotriz china BYD en México, aclarando que esta inversión “nunca fue formal” y que la empresa nunca presentó una oferta concreta para establecer una planta en el país. Aunque BYD había anunciado en 2023 su intención de construir una fábrica en México para producir 150,000 vehículos al año y generar 10,000 empleos, Sheinbaum afirmó que la prioridad de su gobierno es el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), y que la inversión china nunca llegó a ser formalizada.
El retraso en la planta de BYD se debe, según el diario Financial Times, a la preocupación de China de que la tecnología avanzada de la empresa pudiera filtrarse a Estados Unidos debido a la proximidad geográfica de México y la falta de restricciones en el acceso a esos sistemas. Además, la llegada de Donald Trump al poder en Estados Unidos ha aumentado la presión sobre México, que ha adoptado una postura más cautelosa respecto a las inversiones chinas, priorizando sus relaciones comerciales con su vecino del norte.
BYD, que ya vendió más de 40,000 vehículos eléctricos en México en 2024, busca aumentar sus ventas y abrir 30 nuevos concesionarios en el país, aunque aún no ha decidido sobre la construcción de su planta en México, en parte debido a las incertidumbres políticas y económicas. Las tensiones comerciales con Estados Unidos han puesto en duda el futuro de la inversión china en México, y las autoridades mexicanas también han adoptado medidas contra el comercio chino, como aranceles a los textiles y otras investigaciones por competencia desleal.
En resumen, la planta de BYD en México aún no es una realidad, debido a factores políticos internos y externos, principalmente las relaciones entre México y Estados Unidos y las preocupaciones de China sobre el riesgo de que su tecnología llegue a manos estadounidenses.