Banco Santander está considerando vender su filial en Polonia, una operación que podría dejarle entre 8,000 y 12,000 millones de euros. Esta decisión es bien vista por la banca de inversión, no sólo por los recursos que generaría, sino porque mostraría que el banco es capaz de vender un activo grande, algo que aún no ha hecho, a diferencia de su competidor BBVA.
El gran debate ahora es qué hacer con ese dinero. Ana Botín, presidenta del banco, ha mostrado interés en invertir en Estados Unidos, donde Santander ya tiene presencia en financiamiento automotriz. Incluso habló del tema con Donald Trump durante el Foro de Davos. Sin embargo, los analistas internacionales no apoyan esta idea, ya que temen que se compre un banco regional sin suficiente peso, lo que implicaría un costoso proceso de integración y ajustes internos complicados.
En cambio, la opción preferida por el mercado es reforzar operaciones en México y Brasil. En México, Santander podría tratar de alcanzar el nivel de BBVA, aunque existen dudas por las políticas arancelarias de Trump. Aun así, expertos señalan que México sigue siendo clave para muchas empresas estadounidenses, lo que garantiza su atractivo económico. “México está condenado al éxito, a pesar de Trump”, dijo uno de los analistas.
En Brasil, la situación es distinta. Santander podría lanzar una OPA (oferta pública de adquisición) para quedarse con el control total de su filial brasileña. Esto le permitiría consolidar completamente sus ganancias en ese país, considerado su «gallina de los huevos de oro».
Según Mediobanca, si Santander vende su filial en Polonia para duplicar su apuesta por México y Brasil, el mercado reaccionaría muy positivamente, incluso aumentando el valor de sus acciones en bolsa. Se percibiría como un movimiento estratégico que dinamiza la redistribución de capital, sobre todo ahora que el banco ya ha resuelto sus problemas de capitalización.
Por último, la gran incógnita es quién podría comprar la filial de Polonia. Aunque no hay muchos candidatos, se menciona a Unicredit, un banco italiano que podría vender su participación en otras entidades (como Commerzbank o Generali) para hacer esta adquisición. Este posible comprador añade un tinte de tensión e interés, ya que su actual CEO, Andrea Orcel, fue contratado y luego despedido por Santander, situación que provocó la mayor indemnización por despido en la historia de España, aún pendiente de resolución legal.