El anuncio de Rusia de no ampliar su participación en el acuerdo facilitado por la ONU, conocido como la Iniciativa de Granos del Mar Negro, ha generado incertidumbre sobre el destino del grano ucraniano.
Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de que el grano de Ucrania sea enviado a Polonia tras la terminación del acuerdo, Morawiecki aseguró que Varsovia no lo permitirá y seguirá defendiendo los intereses de los agricultores polacos.
«Seremos muy firmes al proteger el mercado polaco», declaró Morawiecki, agregando que Polonia continuará ayudando a la UE en el tránsito del grano ucraniano. Sin embargo, subrayó que los mercados polacos permanecerán cerrados para los productos agrícolas procedentes de Ucrania.
El primer ministro indicó que esta cuestión es responsabilidad de la Comisión Europea y de la administración de Estados Unidos en la búsqueda de mecanismos adecuados para exportar los granos ucranianos. Afirmó que Polonia puede desempeñar un papel, pero no se verá obligada a abrir su mercado en detrimento de los agricultores polacos.
Polonia, junto con Eslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria, ha experimentado importantes pérdidas debido a la afluencia de cereales ucranianos tras la suspensión de los aranceles aduaneros de la UE sobre los productos agrícolas de Ucrania después del conflicto militar ruso-ucraniano del año pasado.
Con el objetivo de proteger a los agricultores locales, en mayo, Bruselas impuso «restricciones temporales» a las importaciones de trigo, maíz, colza y aceite de girasol ucranianos en los cinco países miembros, las cuales estarán vigentes hasta el 15 de septiembre. La prohibición no afecta el tránsito de cereales ucranianos a través de estos países.
El ministro de Agricultura de Hungría, Istvan Nagy, anunció la semana pasada que los cinco países de la UE solicitarán una extensión de esta prohibición más allá del 15 de septiembre y hasta fin de año, ya que es «la única forma de proteger los intereses de los agricultores europeos».
