México logró dar un giro positivo a su balanza comercial en el primer trimestre de 2025, al registrar un superávit de 1,097 millones de dólares, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Este resultado representa una reversión significativa frente al déficit de 2,700 millones de dólares registrado en el mismo periodo de 2024.
El repunte fue impulsado por un crecimiento del 4% en las exportaciones, especialmente en las no petroleras, que continúan consolidándose como uno de los principales motores de la economía mexicana. Solo en marzo, el país acumuló un superávit comercial de 3,822 millones de dólares, un salto del 72.8% en comparación con el mismo mes del año anterior.
Aprovechamiento de la pausa arancelaria
El aumento en las exportaciones se ha visto favorecido por una estrategia empresarial ágil, que ha aprovechado una ventana de 90 días sin nuevos aranceles impuesta por Estados Unidos, lo que ha permitido acelerar la colocación de productos mexicanos en ese mercado. Esta respuesta rápida ha sido clave en un entorno global marcado por la incertidumbre y tensiones comerciales.
A pesar de los aranceles vigentes del 25% sobre productos clave como el acero, aluminio, autos y cerveza enlatada —que no están completamente protegidos por el T-MEC—, México ha mantenido su posición estratégica como proveedor de Estados Unidos, el destino de 84.6% de sus exportaciones.
En el primer trimestre de 2025, las ventas al país vecino crecieron 6.2% interanual, lo que confirma que, incluso en tiempos de fricción política, la interdependencia comercial sigue siendo sólida.
Dependencia externa y advertencias internacionales
Sin embargo, este éxito comercial también deja ver una vulnerabilidad estructural: la alta dependencia de México respecto a sus exportaciones, que representan aproximadamente una cuarta parte del PIB. En este contexto, organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial han lanzado advertencias sobre el futuro económico del país.
Mientras el FMI prevé una posible contracción del 0.3% del PIB para finales de 2025, el Banco Mundial ofrece una visión más optimista, con un crecimiento del 1.5%.
Sheinbaum: “La economía no caerá”
Frente a estos pronósticos, la presidenta Claudia Sheinbaum ha respondido con firmeza, asegurando que la inversión extranjera directa, el dinamismo del sector exportador y la solidez del sector privado garantizarán el crecimiento económico en 2025.
El superávit comercial actual se ha convertido en un logro emblemático para su gobierno, no solo por revertir el saldo negativo del año pasado, sino también por consolidar a México como un actor confiable en el comercio internacional, incluso en tiempos de presión arancelaria.