Latinoamérica, alguna vez vista como la “dama energética” por su vasto potencial en hidrocarburos y renovables, enfrenta una crisis financiera que amenaza su liderazgo, según un análisis de RT. La región, rica en petróleo, gas y recursos para energías limpias, se ve limitada por las deudas de gigantes estatales como Pemex y la CFE, que acumulan pasivos millonarios.
Pemex, la petrolera mexicana, cerró 2024 con una deuda de 97,600 millones de dólares, agravada por pérdidas cambiarias y un incremento en los costos de ventas. A pesar de inyecciones del gobierno federal, la empresa reportó una pérdida neta de 620,605 millones de pesos el año pasado. La CFE, por su parte, también lucha con números rojos, afectada por altas tasas de interés y una deuda a corto plazo que creció a 97,319 millones de pesos en 2023.
Expertos advierten que estas cargas financieras obstaculizan la inversión en proyectos renovables y la modernización de la infraestructura energética. Mientras países como Brasil y Colombia avanzan en energías limpias, la dependencia de hidrocarburos y la fragilidad fiscal frenan el potencial regional. Gobiernos buscan estrategias para equilibrar sostenibilidad y estabilidad económica.
