La creciente guerra arancelaria impulsada por el expresidente Donald Trump contra China podría provocar una oleada de quiebras empresariales en Estados Unidos, y sus efectos ya generan preocupación en México. Expertos advierten que la estrategia de imponer altos aranceles para relocalizar industrias en territorio estadounidense está elevando los costos operativos y rompiendo cadenas globales de suministro, situación que afectará tanto a empresas norteamericanas como mexicanas.
De acuerdo con Ramón Bernardo Martínez Juárez, académico de la Escuela Bancaria y Comercial, muchas empresas estadounidenses dependen de insumos extranjeros, incluidos productos mexicanos, para mantener su producción y precios competitivos. Si estas cadenas se ven interrumpidas, muchas podrían enfrentar problemas financieros severos e incluso quiebras.
Trump busca incentivar la producción nacional, pero especialistas señalan que este enfoque no contempla una transición adecuada. Sectores como el automotriz, la electrónica y los semiconductores, acostumbrados a operar bajo esquemas de globalización, son especialmente vulnerables al alza de costos. Para evitar el colapso de estas industrias, no se descartan futuras medidas del gobierno estadounidense como subsidios o reformas fiscales.
Por su parte, México también se enfrenta a importantes riesgos. Las empresas que dependen del comercio con EE. UU., especialmente en sectores como la manufactura, la automotriz y la tecnología, podrían verse afectadas por los nuevos aranceles o interrupciones comerciales. La recomendación es clara: diversificar mercados, reducir la dependencia de EE. UU. y fortalecer el mercado interno.
No todo es negativo. La situación también abre oportunidades para México. Si los productos chinos se encarecen en el mercado estadounidense, las exportaciones mexicanas podrían ocupar ese espacio. Además, la relocalización de empresas (nearshoring) podría beneficiar al país al atraer inversiones que buscan mantener cercanía con EE. UU. pero con menores costos. También se vislumbran posibilidades en la sustitución de importaciones y en el impulso a la innovación tecnológica local.
En resumen, el entorno comercial global se encuentra en un punto crítico. Mientras Trump redobla su política proteccionista, las empresas mexicanas deben prepararse para una era de cambios, donde la adaptabilidad, la innovación y la estrategia serán claves para sobrevivir y prosperar.
