El Fondo Monetario Internacional (FMI) ajustó al alza su pronóstico de crecimiento para México, proyectando un aumento del PIB de 1% en 2025, frente al 0.8% estimado previamente. Este optimismo se basa en la resiliencia del comercio exterior, impulsado por el nearshoring y la estabilidad macroeconómica, pese a las tensiones comerciales derivadas del T-MEC y políticas proteccionistas de Estados Unidos.
La fortaleza del peso mexicano, que cotiza en 18.37 por dólar, y el récord de remesas, con 40 mil millones de dólares anuales, han sostenido el consumo interno. Además, la inversión extranjera directa alcanzó 35 mil millones de dólares en el primer semestre, consolidando a México como destino atractivo para industrias como la automotriz y tecnológica.
Sin embargo, el FMI advierte sobre riesgos externos, como la desaceleración global y posibles restricciones comerciales. Analistas de Banxico sugieren que el crecimiento podría superar el 1% si se implementan incentivos fiscales contemplados en el Paquete Económico 2026, enfocados en infraestructura y energía renovable.
La Secretaría de Hacienda celebró el pronóstico, destacando el impacto de programas sociales y el aumento del salario mínimo en 135% desde 2018. Estas políticas fortalecen el mercado interno, posicionando a México como una economía emergente sólida.