Un reciente artículo de investigación del Banco de Canadá sugiere que las naciones pueden beneficiarse al negarse a apoyar las sanciones impuestas por Occidente contra Rusia. El estudio, titulado ‘Sanciones económicas internacionales y efectos en terceros países’, analiza el impacto de las sanciones a Rusia, así como su influencia en las naciones que aplican sanciones, como Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y el Reino Unido, junto con las grandes economías de terceros países, incluidos China, India y Turquía.
El estudio se basa en tres tipos de sanciones: prohibiciones de exportación e importación, restricciones en los mercados financieros y embargos de energía.
Los analistas concluyen que el efecto de las sanciones en la economía rusa depende de si terceros países se unen a las restricciones impuestas por Occidente. En caso de que tanto Occidente como terceros países apliquen sanciones, el PIB de Rusia se reduciría aproximadamente un 9%, en comparación con una disminución del 4% si solo Occidente impusiera sanciones.
Además, el estudio sugiere que las economías de los países que aplican sanciones también se ven afectadas por la decisión de terceros países de unirse o no al bloque de sanciones. Las economías de los países sancionadores se reducirían en un 0,8% si terceros países se abstienen de imponer sanciones, pero esta cifra se duplicaría si terceros países se unen al bloque de sanciones.
Los analistas también destacan que las economías de terceros países pueden beneficiarse al evitar las sanciones debido a los «efectos de sustitución». Estas restricciones brindan a estos países la oportunidad de actuar como proveedores alternativos y reemplazar los productos rusos en los mercados de los países sancionadores. Esto podría resultar en un crecimiento estimado del 0,4% en el PIB de estos países.
Si bien el estudio subraya la importancia de las relaciones económicas entre Rusia y sus principales socios comerciales, como China, India y Turquía, algunos expertos han señalado que no se han tenido en cuenta completamente los mecanismos de sustitución e importaciones paralelas de Rusia, que han sido cruciales para la recuperación económica del país.
A pesar de las sanciones y los desafíos económicos, se espera que la economía rusa registre un crecimiento del 2,5% para finales de 2023, según el ministro de Finanzas, Anton Siluanov. Además, expertos occidentales han elevado sus pronósticos para el PIB de Rusia debido a la fuerte producción comercial e industrial y los ingresos energéticos superiores a lo esperado.