Desde 2022, cuando comenzó la guerra en Ucrania y los precios internacionales del petróleo se dispararon, el gobierno federal ha implementado estímulos fiscales para las gasolinas y el diésel con el objetivo de estabilizar sus precios y evitar un aumento abrupto. Estos estímulos han implicado un costo estimado de 950,463 millones de pesos para las arcas públicas hasta finales de 2024, según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Esta cifra proviene de las estimaciones de ingresos no recaudados en 2022 y 2023, así como de lo que se proyecta para el presente año, según los últimos documentos de Renuncias Recaudatorias de Hacienda. Cabe destacar que la edición 2023 de este documento no fue publicada, por lo que el cálculo para ese año se realizó con las proyecciones del 2022.
La política de estímulos del gobierno ha llevado a que el precio de la gasolina regular o Magna haya aumentado un 24% en términos nominales durante el sexenio. Hasta finales de julio de 2024, el precio promedio nacional de la gasolina regular era de 23.99 pesos por litro, un incremento de 24.24% o 4.68 pesos respecto al cierre del sexenio de Enrique Peña Nieto (19.31 pesos por litro), según datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
Sin estos estímulos, la gasolina Magna podría haber superado los 30 pesos por litro en 2022, según Alejandro Montúfar, director general de PETROIntelligence. Además, en 2022 se otorgaron subsidios complementarios para la gasolina durante algunos meses, lo que significó que el gobierno no solo dejó de recaudar IEPS, sino que también tuvo que desembolsar fondos adicionales para evitar aumentos mayores en los precios.
Actualmente, los estímulos fiscales están en niveles más bajos que en los dos años anteriores, lo que ha provocado un aumento en el precio de la gasolina, alcanzando niveles históricos. La SHCP estima que, por los estímulos fiscales al IEPS y a las gasolinas, se dejarán de recaudar 26,357 millones de pesos este año, según el último documento de Renuncias Recaudatorias.
El aumento en el precio de la gasolina regular en México durante este sexenio ha sido inferior al incremento del mismo combustible en Estados Unidos entre noviembre de 2018 y julio de 2024, donde se observó un aumento del 37.22%, pasando de 2.54 a 3.48 dólares por galón. También ha sido menor que el incremento en los precios internacionales de gasolina y petróleo. El precio spot de la gasolina regular en la Costa del Golfo estadounidense subió un 66.78% en el mismo periodo, pasando de 1.44 a 2.39 dólares por galón. La mezcla mexicana de petróleo crudo para exportación también aumentó un 35.39%, cerrando en 71.95 dólares por barril a finales de julio, en comparación con 53.14 dólares al final del sexenio de Peña Nieto.
Desde la reforma energética de Enrique Peña Nieto, el gobierno dejó de subsidiar las gasolinas y comenzó a cobrar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), con una cuota fija actualizada anualmente conforme a la inflación. No obstante, en el actual gobierno se han otorgado estímulos fiscales sobre el IEPS para estabilizar los precios de los combustibles y evitar que superen la inflación.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público ajusta los estímulos fiscales en función de los precios internacionales del petróleo y las gasolinas. Cuando los precios del petróleo suben, el gobierno incrementa el estímulo y reduce el IEPS; por el contrario, cuando los precios bajan, el estímulo disminuye y el IEPS aumenta.
El incremento de poco más del 24% en el precio de la gasolina durante la administración de López Obrador es menor que los aumentos experimentados en los tres sexenios anteriores. Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), el precio de la gasolina subió un 82%, pasando de 10.61 a 19.31 pesos por litro. En la administración de Felipe Calderón (2006-2012), la gasolina Magna aumentó un 58.59%, de 6.69 a 10.61 pesos por litro, mientras que durante la presidencia de Vicente Fox (2000-2006) subió un 33%, de 5.03 a 6.69 pesos por litro.